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sábado, 25 de agosto de 2018

El fantasmagórico Madrid de Emilio Carrere



¡Mírale, qué pinturero él! (Esta foto no la he hecho yo)

No podía pasar mucho tiempo más sin que le rindiera un sentido homenaje a un autor tristemente olvidado estos días. Mi admiración por Emilio Carrere no se limita a la obra literaria, sino también al personaje que puede resultar aún más fascinante que su trabajo. En esta entrada mi intención es dar un repaso a su vida y milagros a través de las imágenes de las localizaciones que recurrentemente aparecen en sus relatos, un Madrid en parte ignorado por las rutas turísticas.

Las fotos están realizadas con mi móvil. Las encontraréis mucho más bonitas y profesionales en cualquier web, pero son un humilde tributo que quería hacer yo misma. Se ve que la idea gustó a los espíritus que pueblan esas calles porque el día en el que las hice, viví un momento que fue un "puntazo histórico": La idea de esta entrada está inspirada en los programas de Telemadrid "El punto sobre la historia" y "Esto es otra historia". En el primero, David Botello y Lorenzo Gallardo y, en el segundo, David y Carmen Sánchez, realizan recorridos (en bici) por distintas zonas de Madrid relatando los acontecimientos históricos acaecidos en ellas. Por eso prefería que hablaran las imágenes en esta entrada. Pues resulta que, ¡oh destino fantástico!, me quedé "toa" picueta al encontrarme por la calle del Cordón a David y Carmen con los que pude intercambiar unas palabras y a los que agradezco no sólo el tiempo que me dedicaron sino también su simpatía y su trabajo. ¡La historia es un punto!


Vida y milagros de Emilito

Hijo de madre soltera (que murió al mes de dar a luz), Emilio Carrere nació en Madrid el 18 de diciembre de 1881.  Inicialmente su padre no quiso hacerse cargo de él, quedando al cuidado de su abuela, aunque más tarde se ocupó de su educación. Poeta, autor teatral, periodista, modernista y decadente, sus múltiples amistades abarcaban desde el compositor Federico Chueca (al que conoció jugando al billar) al pintor Julio Romero de Torres, pasando por Alejandro Sawa. Influido por los poetas malditos franceses como Verlaine, se lanzó sin red a la vida bohemia, nocturna y desordenada de los bajos fondos de Madrid, que retrataría como nadie en su obra. Se interesó por el ocultismo, espiritismo y teosofía aunque poco a poco abandonó el entusiasmo por estos temas al aplicar un "filtro" y un análisis más intelectual sobre ellos. Eso sí, donde hubiera un hecho macabro o rodeado de cualquier halo sobrenatural, ahí estaba el señor Carrere para plasmarlo negro sobre blanco.

Su afición al juego y el tener un agujero en cada mano le hizo buscar una fuente de ingresos suplementaria en el teatro. Ni por esas. Su economía no se estabilizó hasta 1929, año en que murió su padre y le dejó una sustanciosa herencia. La verdad es que poco le duró el dinero, parte de él fundido en un piso y un coche. No tenía remedio...

Criticó a la Segunda República al no estar de acuerdo en cómo se estaba desarrollando. Cuando llegó la guerra del 36 estuvo interno durante más de seis meses en un centro psiquiátrico, de manera voluntaria, para evitar ser asesinado. Así se las gastaba Don Emilio. El bando franquista dio por hecha su muerte. Cuando empezó a sospecharse que estaba vivo, decidió refugiarse en la casa de unos amigos, donde permaneció oculto durante dos años.

Fue nombrado cronista oficial de la villa en 1943 y, de una forma "extravagante", apoyó la dictadura de Franco en sus últimos años. El genio nos abandonó un 30 de abril de 1947. La noche de Walpurgis tenía que ser...


Paseo por las calles de Carrere: "La torre de los siete jorobados" y "La casa de la cruz".


Plaza del Alamillo

Como indicaba al principio del texto, me gustaría mostrar unas instantáneas de las calles y plazas que una y otra vez aparecen en los relatos de Emilio Carrere. Empezaré por las que tienen en común su única novela, "La torre de los siete jorobados", y uno de mis relatos favoritos: "La casa de la cruz".
Un breve apunte sobre ambos: "La torre...", publicada en 1924, comienza con el  asesinato del doctor Don Robinsón de Mantua (alias señor Catafalco). Éste se le aparece a Basilio Beltrán para que halle a su asesino. Basilio se pone manos a la obra con el fin de ayudar al finado y acaba viéndose involucrado en una serie de robos encadenados y desapariciones varias. Entretenida, divertida y rocambolesca, es una lectura imprescindible para cualquier aficionado a la literatura de fantasía o misterio. Aunque existen serias dudas sobre la autoría de algunos pasajes del relato. Y por supuesto, también es muy recomendable la adaptación cinematográfica del genio Edgar Neville, sobre el que no me extiendo más porque tendrá su propia entrada más que merecida en este blog.

Calle del Codo 

"La casa de la cruz": este relato corto publicado también en 1924, se sitúa en la época de Carlos II el Hechizado y es a la par terrorífico y macabro. Colección de crímenes recopilados por Carrere, con exorcismo incluido, ahora mismo se podría llevar a la pantalla de la mano de Tarantino o Eli Roth.

Calle del Cordón


Pasaje del Panecillo
Casa de Cisneros
Calle Segovia

Calle Sacramento

"La leyenda de San Plácido" 

Otro de mis relatos favoritos, publicado en una primera versión en 1915 y posteriormente retocado un año después. Mezcla los amoríos de Felipe IV llevados a cabo en un convento con acontecimientos sobrenaturales que, finalmente, se pueden explicar aplicando la lógica y la razón. Echemos un vistazo a las calles que aparecen en el mismo:

Calle de San Roque
Calle de la Madera

Calle del Pez
Convento de San Plácido

Espero que os animéis a dar una oportunidad a la obra del gran Emilio Carrere, maestro de la literatura gótica porque no os va a decepcionar.

2 comentarios:

  1. y toda la vida paseando por esas calles....

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  2. A mí lo que me alucina es que ha conseguido hacer las fotos sin gente por la calle ni porquería por el suelo... ole...

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