¡¡¡Por fin llega octubre y con él los especiales de Halloween!!! Empezamos esta vez por la sección "cine", con una maravilla rescatada del baúl de los recuerdos.
¿Qué podía ver este año en Halloween que no fuera proyectar por enésima vez el Drácula de Coppola, El Cuervo de Brandon Lee o la segunda parte de Blade? Revolviendo en la caja de VHS olvidados rescaté esta joyita de la que apenas me acordaba y no puedo por menos que recomendarla (qué valor tengo...).
Esta película escrita y dirigida por el maestro del terror Wes Craven, tuvo el breve título en España de "Shocker, 100.000 voltios de terror". Se estrenó en 1989 y está protagonizada por Michael Murphy, Peter Berg y Mitch Pileggi.
Vamos al lío. Cojan un mega bol de palomitas y disfruten este argumentazo:
Un asesino en serie está suelto por Los Ángeles (de USA, no de San Rafael. Perdón por la lamentable aclaración, pero va en consonancia con la peli). Atención, el principal sospechoso es un tal Pinker, un reparador de televisiones cojo y con unos kilos de más. Cuando el detective encargado del caso está a punto de descubrirle, Pinker asesina a toda su familia. ¿A toda? ¡No! Un hijo adoptivo del detective sobrevive y encima tiene "poderes" que le "conectan" con el asesino. Esta conexión se lleva a cabo en sueños y eso facilita que pillen a Pinker y le frían en la silla eléctrica.
¡Ja ja! ¡Me río en tu cara! |
¿Creen que les he reventado el final? ¡Qué va, si aquí es donde empieza todo! Resulta que Pinker ha hecho en su celda un trato con el diablo para convertirse en electricidad cuando le descarguen la corriente en su ejecución, y esto le permite ir pasando de un cuerpo a otro para que estos vayan cometiendo los asesinatos que su espíritu planea.
Como decía mi querida Mayra, "hasta aquí puedo leer" y les toca a ustedes descubrir la original manera como se solventa la caza del asesino con los cuatro duros de los que dispone el realizador de la peli.
La chica que no pudo esquivar al serial killer gordo y cojo |
Que sí, que los efectos "especiales" son de pirotecnia de cuarta y las interpretaciones penositas pero, ¿y lo que entretiene ver una vez más que jóvenes sanos y deportistas son derrotados por un asesino lisiado y muy bajo de forma (como hacía el gran Freddy Krueger o el mítico Leatherface), o que te quedes al final pensando si esa forma de pasar la maldición del ejecutado no se parece sospechosamente a una peli del gran Denzel Washington que se estrenó nueve años después?
Den una oportunidad a "Shocker", por algo es del genio Craven, que además se van a reír con alguno de los chascarrillos, las escenas de persecución o cambio de asesino al resultar inverosímiles a la par que exageradísimos.
Un último apunte de fan: a ver si adivinan quién es el espectacular (en todos los sentidos) guitarrista de rock que hace un papelito como obrero reparador de carreteras. Solo por verle con ese chaleco reflectante y con el casco encajado en su melenón "jevi" merece la pena ver esta peli de culto.
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