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viernes, 17 de febrero de 2023

"El rey se divierte" y "Rigoletto": el escandalazo

Hoy nos hemos puesto nuestras mejores galas para asistir a dos magníficas representaciones. Cómo me lo he pasado descubriendo estas dos joyas, tan íntimamente relacionadas entre sí: la ópera "Rigoletto" de Giuseppe Verdi, basada en la obra de teatro de Víctor Hugo "El rey se divierte".

La que se lió con la obra de teatro. Víctor Hugo la estrenó en 1832 y duró un día en cartel. ¿Es que no fue nadie a verla? ¡Qué va! La cuestión es que el ministerio de turno la prohibió por "inmoral y atentar contra la monarquía". Perdone señor funcionario censor, aquí lo que tenía que haberse prohibido es el comportamiento de Francisco I. Este rey es el protagonista de la obra junto con su bufón Triboulet. Ambos existieron realmente, por cierto.

El monarca en cuestión fue un auténtico cerdo, perdón, libertino, que tenía derecho de pernada, se zumbaba a todo lo que se moviera con faldas, fuera la mujer de uno de sus cortesanos o una muchacha que pasara por delante de palacio.

El pedazo de golfo con el desgraciao del bufón
(ojo, que me estoy metiendo con el personaje, no 
con Pavarotti)

Resumiendo la trama, Paco I descubre que su bufón Triboulet tiene una hija. Este campechano de turno decide que la virginal muchacha tiene que ser una más de sus conquistas de usar y tirar, nunca mejor dicho. Cuando Triboulet, jorobado para más señas, se entera, monta en cólera y decide vengarse de su señor. Por cierto, en francés antiguo triboulet significa atormentado, lastrado. Aquello acaba como el rosario de la aurora.

Víctor Hugo dispara contra todo y contra todos en esta obra. Contra la degeneración de los reyes que se creen con derecho a aprovecharse de quien les dé la gana, que son simplemente unos depravados de la peor especie con todo el poder del mundo. Contra el propio bufón porque, al fin y al cabo, es un liante, un manipulador, que literalmente "no quiere sabios ni poetas en la corte" y desea que se ahorque a todos los que están más cerca del rey que él para no perder su influencia, inventando mil conspiraciones. Y contra una corte decadente, que no tiene reparos en reírle las gracias al monarca, aunque esté cometiendo las mayores tropelías y beneficiándose a sus mujeres e hijas.

Anda que a esta ya le vale
(al personaje, no a la cantante)

Cuando la obra fue prohibida al día siguiente de su estreno, Hugo clamó contra los que no defendieron su obra porque todo el mundo teatral dependía de las subvenciones del ministerio y no osaban alzar su voz contra el pesebre que les daba de comer. Y por cierto, la constitución francesa de aquel momento garantizaba la libertad de expresión y prohibía expresamente la censura. Repasando lo escrito hasta aquí me pregunto: ¿estoy hablando del siglo XIX o de hace cinco minutos? 

Expuestos todos los antecedentes, vamos con la ópera basada en esta obra: Verdi y el libretista de la ópera, Francesco Maria Piave, también tuvieron lo suyo para poder estrenar. El amigo Giuseppe era un firme defensor de la libertad de expresión y se empeñó en sacar este trabajo de Víctor Hugo del ostracismo (ojito, la obra de teatro estuvo prohibida treinta añazos). ¿Cómo consiguió Verdi evitar la censura? Fácil: en lugar de un monarca francés, el degenerado protagonista iba a ser un duque italiano de un ducado que no existía (Mantua), el bufón se llamaría Rigoletto (traducción: divertido) y el duque violaría a la hija del jorobado en su palacio en lugar de en casa de la muchacha, sirviéndose de una especie de broma/truco. Et voilá, ópera aceptada. Gracias señores censores, siguen siendo ustedes repugnantes. 

Total, que la ópera fue un éxito incontestable. Como anécdota del estreno, podemos contar que el barítono italiano Felice Varesi, que interpretaba al bufón, estaba tan incómodo con la joroba que le plantaron, que sintió un momento de pánico escénico y no quería salir a cantar, pensando que sería incapaz con semejante implante en la espalda. Verdi no se cortó un pelo y le metió tal empujón para que saliera a escena que el pobre Varesi hizo una entrada estilo Quique Camoiras total, cayendo muy torpemente en medio del escenario. El público pensó que era la broma inicial del bufón y se rió a carcajadas. Pobre Varesi. Pero oigan, triunfó.

Para terminar, no hace falta que les recuerde que a esta ópera pertenece el archifamoso aria "La donna è mobile", que a mí no me gusta nada. Sinceramente prefiero otros momentos de la obra como el aria "È il sol dell´anima", en esta ocasión interpretado por Juan Diego Flórez (Duque de Mantua) y Aida Garifullina (como Gilda, la hija del bufón). ¡Disfrútenlo! Y lean la obra que les va a encantar:


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