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jueves, 19 de septiembre de 2024

Saga Blackwater: ¿Realismo mágico en Alabama?

Sí, he de confesarlo: también he caído bajo el influjo del río Perdido. 

Y es que la saga de la familia Caskey escrita por Michael McDowell me ha atrapado hasta tal punto que he leído los seis volúmenes prácticamente seguidos en tiempo récord. No me podía fallar al tener una serie de elementos que para mí son apuesta segura: América profunda, principios del siglo XX, referencias a mi monstruo acuático favorito (y no estoy hablando de Jason Momoa, jeje) y una ambientación en la que puedes sentir, oler y mascar el olor de una riada. Leyendo estos libros te sientes pegajoso, sudoroso, maloliente.

Tanto del autor como de la historia seguro ya tendrán referencias por lo que aquí les vamos a poner un poco en antecedentes y lo que realmente queremos compartir son las impresiones sobre la saga Blackwater.

Michael McDowell fue un escritor y guionista nacido en Entreprise, Alabama en 1950. Doctor en Literatura Inglesa, se licenció en la Universidad de Harvard. Estaba orgulloso de ser un escritor comercial, y altamente prolífico, al que le gustaba publicar sus obras como antiguamente: novelas por entregas y folletines. A él le debemos los guiones de algún capítulo de "Los cuentos de la cripta" y de "Alfred Hitchcock presenta" y de las películas "Pesadilla antes de Navidad" y "Bitelchús" (¿Qué opinirá de la nueva, allá donde él esté?).

La colección Blackwater la escribió en 1983 y solicitó que se publicara a razón de un volumen al mes. Me alegro infinitamente de habérmelos comprado en dos tandas, porque me hubiera quedado sin uñas esperando el siguiente libro tal como se vendieron en su día. Compré el primero y, tras leerlo, adquirí los otros cinco a la vez.

Los títulos de los libros son: 

La riada

El dique

La casa

La guerra

La fortuna

La lluvia

A lo largo de los seis volúmenes nos va relatando la historia de la familia Caskey, de profesión sus aserraderos, comenzando la acción el Domingo de Pascua de 1919 en el pueblo llamado Perdido, situado en Alabama. Este se inunda por el desbordamiento de los ríos Perdido y Blackwater. Oscar Caskey y Bray Sugarwhite (su ayudante/esclavo) rescatan en el Hotal Osceola a Elinor Dammert, la solitaria y misteriosa huésped superviviente de la riada. La familia la acoge en casa del tío de Oscar, James Caskey. Mary-Love, madre de Oscar y férrea, fanática y odiosa matriarca de la familia, la aborrece desde el minuto uno.

Para que se hagan una idea de como se las gasta la señora Mary-Love les dejo esta joyita de frase con la que bendice la mesa: "Señor, protégenos de las inundaciones, del fuego, de los animales rabiosos y de los negros fugitivos". Es la única en el pueblo que odia a Elinor, que se gana el cariño y el respeto del resto. Ni que decir tiene que Oscar y Elinor se enamoran y se casan a escondidas. La madre castradora les regala una casa pero a cambio se queda con la primogénita de la pareja, Miriam, para que viva con ella y con la hija de Mary-Love, Sister, una solterona sicológicamente dependiente de su madre. El "robo" de hijos entre los Caskeys será una constante en todas las generaciones.

Con este punto de partida, la historia de la familia, que se va ampliando con más bodas y descendientes todos igual de "particulares", se desarrolla hasta la dećada de los setenta. De esta forma vamos viendo cómo los Caskeys se van adaptando siempre triunfantes a las visicitudes de la Gran Depresión a finales de los años veinte, la Segunda Guerra Mundial, la prosperidad de los años cincuenta, y la Guerra de Vietnam, entre otros acontecimientos destacados del siglo pasado. Ni les cuento cuando descubren que en algunos de los terrenos de su propiedad hay petróleo.

Es ídolo

Pues muy bien. ¿Y por qué esta trama está en los especiales de Halloween? Porque desde el primer momento sabemos que Elinor no es exactamente lo que parece. O sea, sí, es una dama atractiva, muy inteligente, manipuladora a su manera y con mucha clase, pero ojo, que toda esa sofisticación desaparece cuando se sumerge en las aguas del río Perdido y sale su otra naturaleza, que no es precisamente glamourosa. A partir de este momento, que descubrimos muy pronto en el primer volumen, se van sucediendo crímenes inexplicables y muy macabros hasta de niños, que aquí no se cortan un pelo para conseguir los objetivos. O poltergeist de lo más variado en las distintas casas familiares (la de Elinor y Oscar es un festival continuo), apariciones, ruidos, venga a romperse cosas... Lo fantasmagórico es muy puntual a lo largo de los libros, pero es impactante, tiene una importancia capital en la trama y creo que es lo que nos deja descolocados a los lectores y nos anima a seguir leyendo ávidamente. Bueno, aparte de los cotilleos y salseo familiar claro.

Y este precisamente es el único punto que me "chirría" de la trama: la tranquilidad y la poca importancia que los testigos de estos desmanes sobrenaturales dan a lo que ven, y que no parecen tener relevancia ni más motivo de reflexión para ellos. ¿Que oyen pasos en una casa vacía, los reconocen como los de un tío que murió hace años y explotan todas las bombillas de repente y a la vez? Pues será que la instalación eléctrica está obsoleta. ¿Que te dicen que tu mujer, experta nadadora, se ha ahogado así de repente? Ni te sorprende, ni se investiga, ni le dedicas dos minutos de duelo, cuando ella era supuestamente el amor de tu vida. Vamos, que todo lo raro que pasa en la familia y en el pueblo se lo toman con una pachorra que no se entiende, pero bueno. Esta gente ni se plantea ni se cuestiona nada, aunque de repente la casa huela al río Perdido que apeste, y aparezca "mágicamente" en los suelos el barro de sus orillas. ¡Se quedan tan pichis! 

Pero vamos, que es lo único que me ha dejado sorprendida de la historia, la falta de reacción o el asumir como normal por parte de todos los personajes hechos que eran cualquier cosa menos cotidianos. Por lo demás, comprenderán que me ha fascinado si me he tragado seguidos y sin rechistar los seis libros.

De hecho tengo claro que, antes o después, volveré a navegar por el cauce de los ríos Perdido y Blackwater, aun sabiendo los riesgos que ello conlleva. ¿Se animan a darse un bañito?

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