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martes, 1 de mayo de 2018

Mi década


Por la fecha de mi nacimiento, en la adolescencia pensé que mi década serían los ochenta. No podía haber nada mejor que convertirse de moderna en siniestra y de siniestra en gótica. ¿Había algo más allá?

¡De ninguna manera!

¡Vaya niñata! Encerrada con sus libros y su música, no le hablaras de nada que no fuera Alice Cooper, Bowie, Reed, Iggy Pop, The Cure, Bauhaus, la movida… Spandau Ballet, Duran Duran o Soft Cell si tenía un día bueno. De la música heavy ni hablemos y menos de los que se convirtieron en los número uno del planeta a finales de aquellos años: Guns´n´Roses. Olvídate de comedias que no fueran las de Almodóvar. ¿Ozores? ¡Ordinarieces para el vulgo! ¿Stallone? ¿Van Damme? ¿Schwarzennegger? ¡Pero qué horror!

¡Qué divina ella!
No imaginaba lo guasón que puede llegar a ser el destino.

La carrera la empecé en los ochenta, los primeros conciertos, en los ochenta. El descubrimiento del mundo literario y musical, en los ochenta. Total, que el 31 de diciembre de 1989 la pena me embargaba (claro, que decir eso en un gótico es una obviedad), decidí que mi década se había terminado y la canción con la que me quedaba de todas las miles de tonadas que había devorado durante esos diez años era “Faith” de The Cure.
La alegría de la huerta…

Aquella criatura que se regodeaba en sus penas cósmicas no sabía que lo mejor estaba por venir.

Y empezaron los noventa. Y terminé la carrera. Y empecé a trabajar.
No me podía ni imaginar lo que me quedaba por conocer. Haciendo una rápida miscelánea de aquellos primeros años de esa década, en la memoria se agolpan los preparativos de las Olimpiadas de Barcelona, la expo de Sevilla (¡Esos pabellones incendiados! ¡Ese pobre ser con un contrato de un día para meterse dentro del traje de Curro ahogándose en el Guadalquivir en la inauguración! ¡Qué imagen icónica totalmente representativa de tan magno acontecimiento y época!), los fines de año con Martes y 13, “Al Ataque” (bendito Arús, los momentos de gloria que nos dejaste con el mechero de la Sole, Carlos Jesús, el guardián de las obras de la casa de la Preysler…)… ¿Pero qué había pasado? La estúpida gótica carente del sentido del humor se debió dar un golpe muy grande en la cabeza y un buen día amaneció con los Use your Illusion I y II bajo el brazo, dispuesta a pasar tardes de gloria en la sala Sukursal. De salirse del cine del barrio cuando era adolescente y echaban programas dobles tan imposibles como “Excalibur” con “Qué gozada de divorcio”, “Yo, Cristina F” con “JR contraataca” o “Lady Halcón” con “Porky´s” (obviamente me iba cuando empezaba la segunda cinta, mirando al resto de espectadores por encima del hombro), a coleccionar todas las películas de Pajares y Esteso juntos y por separado. ¡Y qué decir del gusto que le cogió a los “rockys”, “terminators” y películas de mamporros con mazados!  ¿Había renegado de sus principios? ¡No! ¡Se mezclaron con los gustos anteriores creando un cocktail explosivo!

Avanza la década y llega la segunda revolución: Nine Inch Nails y Marilyn Manson. ¡Ya éramos industriales! Y nos independizamos. Y volvimos a casa. ¡Hasta nos hicimos death-metaleras!
A las lecturas de Orwell, Hemingway y Delibes, que fueron protagonistas en la década anterior, se unieron Nietzsche, Anne Rice, Terenci Moix… ¿Y qué pasó el 31 de diciembre de 1999? Pues que me pilló trabajando con unos jefes aterrorizados por el olvidado efecto 2000 (Y2K) y ni me paré a pensar que ahí sí que se terminaba mi década favorita.
¡Ojo! Los 2000 trajeron más escritores, compositores, cineastas… Ampliamos como nunca nuestro espectro cultural pero ¡ay amigos! Por mucho internet que haya ahora… que me perdonen los millenials (bueno, me da absolutamente igual que me perdonen o no), nada puede superar a esos hermanos Guerra, ese “Terminator II”, el comienzo de las teles privadas con esa programación bizarra, el Pressing Catch, “Humor Amarillo”, “Contacto con tacto”, ese conciertazo de Manson en La Riviera en el 97 o esas visitas a la ya desaparecida librería “El Aventurero”.

PD.- ¿La canción de los noventa? “Hurt” de Nine Inch Nails. Si es posible, la versión de Johnny Cash.
La alegría de la huerta.
Quien tuvo, retuvo.


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