"Ay dios mío, ay dios mio... Qué calvario estoy pasando... Dios mío... Otra, otra, otra, otra... ¡¡¡Qué no aprendo!!! ¡¡¡No doy una!!!..." Hago mías las frases del gran Ignatius Farray tras una noche más de frustración y sensación de timo tras ver, por enésima vez, el festival de Eurovisión. Hemos quedado en el puesto 22 de 26 (y por la piedad del voto popular, que los jurados profesionales nos habían dejado los últimos). Mucho artificio estético, mucho efectito especial, mucho bailecito pero a nivel musical una auténtica caquita fría infumable, aburrida y anodina. ¿De verdad alguien me puede cantar hoy la canción ganadora? ¿Alguien se acuerda?
En las horas de insomnio y reflexión que han seguido a tamaño chasco, he llegado a la conclusión que lo mío era la OTI. Qué noches de gloria disfrutamos con ese festival entre hermanos, más modesto que el eurovisivo sin duda, pero con una ternura y sensación de familiaridad que no tiene el europeo ni de lejos.
El festival de la Organización de Telecomunicaciones de Iberoamérica, pues tal es el significado de las siglas OTI, tenía el loable propósito de fomentar el intercambio de contenidos culturales a ambos lados del charco. Celebrado por primera en Madrid el 25 de noviembre de 1972, tuvo veintisiete ediciones. La mala suerte se cebó con este festejo porque hubo ediciones que no se pudieron celebrar debido a desastres naturales en el país organizador o incluso se tuvo que cambiar precipitadamente la sede por el estallido de una guerra civil, como sucedió en 1978 en Nicaragua.
La portada lo dice todo
La verdad es que era muy entrañable, todos nos conocíamos. En las ediciones que más países concursamos nos juntamos 25. Eso fue en 1992 y 1993. Antes de que Eurovisión se inventara lo de traer países invitados, como Australia, la OTI ya dio voz a Canadá, a Aruba y a Guinea Ecuatorial (por nombrar unos ejemplos) en distintos años. ¡Si hasta se llegó a celebrar en Estados Unidos tres veces! Y esas puestas en escena... Un festival serio señores, que de la primera a la última edición siempre hubo una orquesta interpretando las canciones y no como en Eurovisión, que hace años que la música es una cinta sobre la que, supuestamente porque yo lo dudo en bastantes casos, se canta en directo. Eso sí, ayer quedó más que patente que Madonna, la artista invitada en esta edición, cantaba en directo, ejem.
Ana Reverte: una de nuestras flamantes ganadoras
Pero vamos a lo que importa. ¡Cuántas alegrías nos dio la OTI en contraposición a los disgustos que nos lleva dando Eurovisión desde hace décadas! ¡¡¡ Qué lo ganamos seis veces, señores!!! ¡¡¡Y hasta alguno de nuestros representantes en más de una ocasión!!! Así sí merece la pena poner la pasta para que esto siga adelante. No como el otro festival, en el que somos uno de los cinco pringaos del "Big Five" (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España), los paganinis de todo el sarao, para que quedemos en ridículo año tras año. La OTI no tuvo tanta suerte: las desgracias explicadas anteriormente, la falta de interés por retransmitir la gala en algunos países, el cuestionado sistema de votaciones y la falta de financiación, dieron al traste con el sueño hispanoamericano (la verdad es que hay otra teoría que explicaría porqué el festival no se volvió a celebrar tras su edición del año 2000. Tiene que ver con la representante que enviamos ese año y la fama que arrastra su apellido: Pantoja... Ahí lo dejo).
A modo de unas pocas pinceladas, me gustaría rescatar del olvido alguno de mis participantes favoritos como el Grupo Unicornio, que representaron a Venezuela en el año 1982, alzándose con el triunfo interpretando la canción "Puedes contar conmigo":
¡Y qué decir de la canción desconocida de Francisco! Todo el mundo sabe tatarear "Latino", el bombazo con el que ganó en 1981, pero ¿quién recuerda "A dónde voy sin ti" con la que se alzó por segunda vez con el triunfo en 1992?
Y aquí mi favorito absoluto: Jesús Fichamba. Este encantador intérprete ecuatoriano concursó en 1985 con la canción "La Pinta, la Niña y la Santa María". Quedó en segundo puesto únicamente porque México había sufrido recientemente un terrible terremoto y Eugenia León, la representante de ese país, se llevó el galardón. Fue tan obvia tamaña injusticia que Eugenia lo primero que hizo al saberse ganadora fue abrazarse a Jesús. Gozen de la canción que quedó la número uno en todos los corazones (no se pierdan a los presentadores. Está claro que la gala ese año se celebró en España):
Una anécdota sobre la representación española en aquel año 85: algunas cabezas pensantes de RTVE decidieron que sería una buena opción mandar al festival a Alaska y Dinarama con "Ni tú ni nadie" (temazo). Pero se impuso la mayoría más conservadora, decidiendo que Dinarama "eran bazofia" y mandamos a... Caco Senante.
En fin, un año más de pena y desconsuelo en el "eurofeshitval", de rasgarnos las vestiduras y preguntarnos "¿en qué fallamos?", ¡¡¡cómo si no fuera obvio!!! Voy a hacer un chiste malo parafraseando el título de la verbena esa de canción que llevábamos este año: a ver si se nos cae la venda de una vez, sigamos los sabios consejos del Decálogo Eurovisivo y a triunfar. Me quedo con mi Yuri y su "Deja", digno tercer puesto en la OTI 1981. Pues eso ¡dejemos ya de quejarnos y salgamos de Eurovisión!
No podía dejar pasar un año más. Siempre me ha encantado la labor de los artesanos, entendiendo como tales no sólo los profesionales que venden las obras hechas con sus propias manos, sino también las personas aficionadas a la costura, el punto, el lettering, la cerámica o el scrapbooking.
En una era en la que parece que sólo lo tecnológico, digital o virtual tiene valor, me di cuenta de que lo que realmente me gustaba y en lo que prefería gastar mi escaso tiempo libre era en actividades que podía realizar con mis propias manos y que me reportaban resultados tangibles. Empecé cocinando, y sigo en ello, porque me encanta el proceso completo que comienza escogiendo los mejores productos en el mercado, realizando la receta en la que se les saque el mejor partido y disfrutando del placer de comer el resultado final. Y si encima ofreces tus viandas a otras personas y disfrutan comiéndolas, ni te cuento la alegría que da. Ya lo dice el maestro Arguiñano: "¿Hay algo más reconfortante que dar de comer a la gente en tu casa?"
Pero hay otro terreno que también quería explorar. Si la necesidad de comer ya está cubierta, vamos a interesarnos por la del vestir. Y para ello quería empezar con una de las actividades que más me gustan y que, a priori, me parecía más asequible: tejer. Ya me meteré en el mundo de las telas, los patrones y la máquina de coser más adelante (todo a su tiempo), pero de momento he comenzado con labores muy básicas para aprender a manejarme con las lanas, las agujas y los ganchillos. Gracias a canales como Esperanza y Ana Celia Rosas, el Príncipe del Crochet, Blue Bubalú o Tallermanual Perú, he comenzado a darle al punto con trabajos sencillos, muchos de ellos ornamentales, que me sirven para ir aprendiendo y poder hacer trabajos más complejos en un futuro.
Mi primera ballena
He de tener paciencia porque el Señor me dio dos pies izquierdos en lugar de manos, así que, aunque salgan los primeros trabajos con mil imperfecciones, poco a poco voy consiguiendo dominar el noble arte del tejer con mucho entusiasmo y ánimo. Es más, no sólo no me desaliento cuando las cosas no salen tal y como esperaba sino que, además, esta nueva actividad me ayuda a relajarme y a buscar soluciones para resolver los problemas que surgen cuando quiero llevar a cabo la idea de un proyecto que tengo en mente.
Aunque haya salido un poco torcida, sirve para meter cosas
En esta nueva sección del blog iré subiendo las manualidades que vaya realizando. Afán y empeño no me faltan.
¡Toca repasar el mes! Cunas de gatos, Heridas, Muermos, indigestas galletas y Hamburguesas Vegetales, entre otros, han amenizado este mes de abril de 2019.
- Mejor película: "Herida" (Louis Malle. 1992)
La Binoche es gafe
Pedazo de dramón con cuelgue sexual incluido. Ya me vale haber tardado 27 años en ver esta peli, teniendo en cuenta lo que me gustan el director y los actores, pero la vida es así, no la he inventado yo, como dijo en su día Sandro Giacobbe.
En esta magnífica película se nos cuenta la decadente y viciosa relación entre un político británico (Jeremy Irons), respetado y honrado padre de familia, especialmente dotado para las labores negociadoras y diplomáticas, que pierde los papeles y los pantalones tras la novia de su hijo, la exquisita y enigmática Juliette Binoche. El personaje de la actriz francesa esconde un terrible pasado en el que las relaciones familiares y pasionales se entremezclan y del que Irons se enterará de la peor manera posible. Un ambiente opresivo y amenazante sobrevuela toda la historia: ¿Se dará cuenta la mujer del político de los tronchos que la están poniendo? ¿Y el hijo? ¿Los pillarán? ¿Y los compañeros de partido? ¿Y la prensa? ¡Qué emoción hasta el último fotograma!
- Mejor libro: "Cuna de gato " Kurt Vonnegut 1963
¿Es una distopía o no?
Aún no lo tengo claro
No es la primera novela que leo de este autor nacido en Indianápolis en 1922 pero creo que es la que más me ha gustado, y mira que otras como "Galápagos" o "Payasadas" me habían encantado. No puedo decir lo mismo de "Matadero cinco", lo siento.
Esta joya satírica versa sobre temas como la religión, la hipocresía, la política, la destrucción nuclear y las intrincadas relaciones familiares. La trama comienza presentándonos a Jonás, el protagonista, cuando empieza a hacer sus pesquisas para escribir un libro en el que plantea narrar las vivencias de uno de los científicos que participaron en la creación de la bomba atómica justo el día en el que se lanzó la primera. El encuentro con la peculiar familia de Félix Hoenikker, tal es el nombre que se le da al científico, y con alguno de sus compañeros de laboratorio, desencadena una serie de peripecias en las que, no sólo descubre que la bomba atómica no es lo peor que ha inventado Hoenikker, si no que le hacen volar hasta la isla llamada República de San Lorenzo, entrando en contacto con su dictador, "Papá" Monzano, su hija y la religión bokononista. En San Lorenzo se precipita la tragedia.
Me declaro seguidora de la religión fundada por Bokonon. No podía ser menos cuando la frase inicial de su "biblia", "Libros de Bokonon" comienza así: "Todas las verdades que estoy por decir son mentiras descaradas".
Sinceridad ante todo.
- Personaje del mes: Mercedes Peón
Una vez más, a través del magnífico programa "Un país para escucharlo", he descubierto una "artistaza" con todas las letras y en mayúsculas. Esta gallega multiinstrumentista decidió su vocación en la adolescencia cuando escuchó la música realizada con las panderetas en la Costa da Morte. Se ha dedicado a la enseñanza de la música y el baile tradicionales de Galicia y ha tenido un programa en la TVG (televisión autonómica gallega).
Una muestra de su hacer:
- Canción del mes: "El muermo" Niño de Elche 2018
He leído en algún sitio que esta canción es el rompedor regreso de El niño de Elche.
No te digo lo que se me ha roto a mí escuchándolo.
- Mejor frase: "La vida verdadera se vive cuando ocurren cambios diminutos" (León Tolstoi)
Que no, que no es Fernando Fernán Gómez, de verdad
Una vez más el maestro tiene razón. Y en ello estoy.
- Vídeo del mes: Hamburguesa vegetal "El baile de las gambas crudas" 2007
Lo primero: quiero que todo el mundo se aprenda este baile para recuperarlo 12 años después de su aparición.
Dicho esto, exijo que todo el mundo dedique su valioso tiempo a escuchar las grandísimas canciones creadas por el dúo nacido en Bilbao y formado Mc Masilla Perrins (voz) y GJ Vinagre (guitarra) porque ganará salud y perderá cordura. Más que recomendable es su disco "Burguer Metal Kings" (2005) con canciones como "Te Reto en el Ghetto" o"Niña ninja".
Ojito: resultaron ganadores del concurso Villa de Bilbao 2007 en la sección New Tendencies así que un respeto.
- Imagen del mes:
Muerte por acumulación
Ni la quinoa, ni las bayas de goji, ni las semillas de chía... Este es el súperalimento definitivo: las galletas fritas rellenas de crema. Aún no he podido pestañear y mi mandíbula sigue caída tras leer los ingredientes de este engendro hipercalórico, hiperazucarado, hiperoleaginoso e hipertodo que de verdad que existe y se vende. Atención que las galletas, que apenas se vislumbran bajo la capa de fritanga, son galletas María de las de toda la vida.
¡Estamos de celebración en el blog! ¡Un año ya! Raudo y veloz ha pasado el tiempo desde el 1 de mayo del año pasado en el que, lejos de tomarnos el día libre como corresponde en tal fecha, nos lo pasamos diseñando y comenzando a escribir este blog.
El motivo por el que comencé a hacerlo sigue intacto: dejar en este formato pequeños relatos, opiniones e impresiones varias, igual que antes lo hacía en papel. Eso sí, siempre para pasar un buen rato y reírme sola con las chorradas que se me pasan por la cabeza.
Hay algunas ideas nuevas para este segundo año. Bueno, en realidad ideas para secciones y temas me salen por las orejas, el problema es el que nos afecta a todos a la hora de dedicarnos a lo que en realidad nos gusta: la falta de tiempo.
Y precisamente por este motivo no puedo irme a festejar el aniversario como se merece sin antes dar las gracias a los que habéis dedicado vuestro tiempo a leer mis contenidos, escribir un comentario o pulsar un like en redes. Agradezco infinitamente a todas las personas que desde España, Estados Unidos, Irlanda, Alemania, Bélgica, Francia, Perú, Reino Unido, Rusia, Chile, Canadá... os tomáis la molestia de visitar este humilde blog. ¡Cómo iba yo a pensar que personas de tan diverso origen accederían a Bitácora Improbable! ¡Mil gracias a todos!
Pero ¿qué es esto de ponerse blandengue? ¡Vamos a por el segundo año donde habrá más y mejor!
¡¡¡Mirinda, medias noches de jamón y queso y gusanitos fluorescentes para todos!!!