¡Oh! Lo que más me puede gustar, una combinación perfecta entre Navidad y Halloween. Tú lo has pedido y aquí está: el álbum navideño de los Midnight Syndicate.
Unos pequeños apuntes sobre este extraordinario dúo: los cerebros detrás de este proyecto nacido en Ohio en 1997 son Edward Douglas y Gavin Goszka, aunque la formación ha tenido otros muchos miembros colaboradores. La marca de la casa son discos instrumentales que lo mismo te sirven para una fiesta de Halloween, como fondo para una atracción de parque de atracciones malrollera o, como también ha ocurrido, de música para un vídeo juego, eso sí, que dé mucho, mucho miedito. Y lo que más me gusta es cómo definen ellos mismos sus creaciones: "bandas sonoras para la imaginación o de películas imaginarias".
Y es que la gracia de Midnight Syndicate es que efectivamente sus discos parecen bandas sonoras y, si no conoces el concepto con el que juega la banda, te vuelves loco buscando esas presuntas películas a las que pertenecen. Lo más gracioso es que, dada la gran reputación adquirida por el grupo a lo largo de los años, sí han llegado a poner música a películas y video juegos reales.
El álbum que nos ocupa no es solo uno de mis favoritos suyos, sino del propio fundador, Edward Douglas. Fue lanzado en 2015 y es el número 18 de su discografía. Tanto él como Gavin estaban locos por darles un repaso y su propio toque a composiciones clásicas navideñas y añadirles su esencia "jalogüinesca" y sobrenatural. En sus propias palabras, "era algo que querían hacer desde hacía años. La Navidad mezcla hechos sobrenaturales y cuentos tradicionales que son una inmensa fuente de inspiración". Eso sí, no deseaban hacer cualquier mamarrachada con las composiciones de villancicos del siglo XVI, que hay varios en este trabajo, sino respetando tradiciones y esas canciones y sencillamente darle su toque personal.
Es increíble como han podido hacer que "El Cascanueces" de Tchaikovski dé miedito o que la famosísima "Angels We Have Heard on High" te cause... desasosiego. ¡Su versión es tan diferente de la que realizó Andrea Bocelli jajaja! En cualquier caso es un trabajo elegante, distinguido, con una producción espectacular y un sonido majestuoso.
Si quieren tener un fondo selecto y refinado para su cena de Nochebuena, no duden en elegir este discazo. Créanme, no solo dejarán a sus invitados "to picuetos" cuando escuchen la obra, sino que evitarán que se pongan como locos a darle a la pandereta y la zambomba, amedrentados por el solemne e imponente "Christmas: A Ghostly Gathering".
Pero no se me asusten, que no es para tanto. De muestra, un botón: "Carol of the bells"
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