Me parece rarísimo que no haya hablado en este blog de tres grupos fundamentales en mi existencia, o que lo haya hecho muy poco.
Die Aerzte, Rammstein y Oomph! Ahí es nada.
No pretendo extenderme en comentar sus discografías respectivas, más que nada porque cada uno merece casi un blog por separado. Pero quiero al menos rendir homenaje a estos músicos cuya obra lleva haciéndome compañía desde hace décadas, y casi cada canción suya ha puesto la banda sonora en tantísimos buenos y malos momentos.
Hoy empiezo por los muchachos originarios de la Alemania Oriental...
De izda a dcha: Richard, Oliver, Christoph, Till, Flake y Paul |
¿Cómo conocí a Rammstein? Pues seguro que a través de la banda sonora de "Lost Highway" (1995). En ella se incluían dos canciones del primer disco del grupo, "Rammstein" y "Heirate mich" ("Cásate conmigo"). Según las escuché ya estaba buscando el disco completo donde aparecían estas canciones: "Herzeleid" (1995), que se puede traducir como "pena en el corazón", "dolor en el corazón", ¿quizá "mal de amores"? Según escuché el tema que lo abre, no me entró ninguna pena en el corazón, más bien me explotó la cabeza. "Wollt Ihr das Bett im Flamen sehen?" ("¿Queréis ver la cama en llamas?") es como un combate de boxeo en el que todos los puñetazos te caen en los oídos. ¡Qué digo boxeo! ¡Es un arte marcial mixta! La verdad es que el Rock industrial ya me encantaba de antes, pero esas percusiones tan bestias de Christoph Schneider y esos guitarrazos de Richard Kruspe y Paul Landers me parecieron de lo mejor que había escuchado. Vamos, que me hice fan fatal. Eso sí, ya saben que, aunque mitómana a muerte, no me ciega la pasión, y la portada de este disco me pareció de lo más cutre y feo que había visto en mi vida.
Qué cosa más fea y más pobre de portada |
Escuchen, escuchen y vean:
Total, que empecé a interesarme por todo lo que rodeara al grupo y, afortunadamente en aquella época, tenía el canal musical alemán VIVA en casa, así que tenía fuente de información asegurada. Ah, y la fiel compañera Bravo, la revista también alemana en la que, bajo la apariencia de Súper Pop a lo teutón, te podías encontrar un montón de información sobre grupos que aquí no llegaban ni de coña (y no solo estoy hablando de artistas alemanes).
No tuve que esperar mucho para disfrutar, qué digo disfrutar, gozar; qué digo gozar, extasiarme con el siguiente trabajo de la banda: "Senhsucht" (1997) (= deseo ardiente, anhelo). Madre mía... ese "Du hast" ("Tú tienes" o, si consideramos cómo se pronuncia y de lo que va el tema sería también, "Tú odias"), ese "Eifersucht" ("Celos"), ese "Engel" ("Ángel"), esta última con un pedazo de vídeo donde se recreaba la mítica escena del bar de Vampiros La teta enroscada en la peli "Abierto hasta el amanecer", pero versión Till Lindemann y cía.
Este trabajo me pareció mejor aún que el anterior. Rammstein se hicieron muy conocidos y ya estaban y sonaban por todas partes. Y esto hizo que pudiera ir a verles por primera vez a la sala Canciller II. Pedazo de concierto. Casi salimos todos abrasados, pero qué sonido y puesta en escena amigos.
Y el sumun llego con su tercer disco "Mutter" (= "Madre"), del año 2001, si nos saltamos el espectacular directo publicado entre el segundo y este "Mutter", "Live aus Berlin" de 1999. Buah chaval... Ya solo con aquel primer single "Sonne" (="Sol"), supimos que el álbum iba a ser un pepinazo. Y lo fue. Canciones como "Ich will" (="Yo quiero"), "Links 1 2 3" (="Izquierda 1 2 3") o el pelotazo "Feuer frei", formaban parte del que para mí era el mejor disco de la banda. Solo les comento una anécdota: en el viaje que hicimos una de mis hermanas y yo a Valladolid para ir a ver tocar a Placebo, "Mutter" estuvo sonando los 190 kms de ida y los otros tantos de vuelta "non stop".
¡Cómo no les iba a ver a la sala Macumba cuando presentaron el álbum! Lo flipé, porque antes del concierto se paseó el cantante Till Lindemann entre la gente por todo el recinto, sin que nadie se percatara. O a lo mejor quien sí le reconoció le pasó lo mismo que a mí. Como iba con cara de pocos amigos, cualquiera se acercaba a la criaturita, que pequeña precisamente no es. Por cierto, aunque Macumba era la típica discoteca de tamaño medio, no se cortaron en llevar todos sus números pirotécnicos y por momentos temí que el techo saliera ardiendo y con ello, todos los presentes fuéramos parte de una barbacoa humana. No sé, me imagino que para ese año ya habría inspecciones de bomberos antes de autorizar semejante espectáculo, ¿no? Vale que Lindemann parece que tenía como una titulación de experto en prevención, pero...
Miren, miren qué gozada la escena de la peli "XXX" de Vin Diesel donde aparece el grupo tocando "Feuer Frei":
Durante los siguientes años seguimos con fervor a la banda, hasta que vino el primer palo. Ese "Reise, reise" del 2004. Madre de Dios, qué cosa más mala. Me pareció terrible que lo mejor que pudieran sacar tras tres años fuera ese "Mein Teil" (="Mi parte), "Amerika" o "Keine Lust" (="Sin ganas"). Sin ganas de escucharles me quedé yo, prefiriendo cualquiera de los discos anteriores. Aún así, el directo es el directo, y a Leganés que me fui para verlos tocar en el concierto más apabullante que he visto, en relación con puesta de escena, y en el que más miedo he pasado. Fui con mi querido antimonitor del Campamento Krypton B. Sánchez, y prácticamente segun entramos, la avalancha humana que se concentraba (literal) en la plaza de toros cubierta, nos separó. Yo quedé atrapada contra uno de los muros de la parte de atrás y, viendo que estaba claro que habían vendido entradas de más, recé para que nadie se tropezara o estornudara porque de allí no salíamos uno vivo. Y, aún estando tan lejos del escenario, me llegó el calor de las pirotécnicas y los lanzallamas. ¿Morir aplastada o abrasada? Vaya dilema. Eso sí, otra cosa que recordaré de por vida de este evento fue que pasó por nuestro lado el mismísimo Nacho Vidal, que por cierto iba de la mano de Tammy, la gótica del reality "La casa de tu vida".
Posando "pa" la Bravo |
Lo peor estaba por llegar: "Rosenrot" (="Rosa roja") en 2005. Este disco para mí ya no había por donde cogerlo. Por lo visto eran descartes o canciones que no habían entrado en el anterior más alguna nueva. Con todo el dolor de mi corazón les digo que no salvo ni una sola canción.
Mutter, tiempos gloriosos |
Tras un segundo disco en directo en 2006, en 2009 se publicó "Liebe Ist Für Alle Da", del que no tengo nada que decir porque no me interesó ni mucho ni poco ni nada. Más de lo mismo, pero peor.
Y después... la nada. Silencio del grupo durante diez años. Hasta que en 2019 salió su disco "sin título", vaya como el "black album" de Metallica, que no trajo nada nuevo musicalmente y sí una serie de temas que (cuánto siento decirlo) me aburrieron mortalmente (madre de Dios ese vídeo de "Deutchland" de casi diez minutazos...). Y, durante el confinamiento por la pandemia, estuvieron componiendo "Zeit" (="Tiempo"), su octavo álbum de estudio, publicado en 2022. Que no quiero hacer chiste fácil con el título, pero que desde luego tiempo para darle un aire a su estilo se ve que no tuvieron porque nos ofrecen más de lo mismo en canciones como "Zeit", "Zick Zack" (qué grima de vídeo) o "Dicke Titten" (="Tetas gordas"). ¿Qué? ¿En serio? Sé que finos no han sido nunca, véase el numerito clásico del cantante en los conciertos con los dos tetrabricks de leche metidos en la entrepierna que al final se acaban desparramando, o el "Te quiero puta" del disco "Rosenrot", pero esto...
En fin, que me da igual que ya sean desde hace años una repetición de los mismos ritmos y composiciones. Los tres primeros discos son gloria bendita que seguiré escuchando hasta el fin de mis días y que me quiten lo bailao.
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