jueves, 26 de septiembre de 2024

"Un lugar soleado para gente sombría": desasosiego nivel leyenda


A ver que eche mano del diccionario de sinónimos: intranquilidad, desazón, ansiedad, resquemor... Pues sí, todos encajan perfectamente con lo que me ha producido esta extraordinaria colección de relatos de la escritora argentina Mariana Enriquez.

Créanme si les digo que son los cuentos de terror que más me han impresionado por estilo y tramas. Y he leído lo suficiente del género como para hacer una afirmación tan categórica.

Pongamos un poco en contexto a la autora: Mariana Lorena Enriquez Ledesma nació en Buenos Aires en 1973. Se licenció en Periodismo y Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Plata. El interés por lo sobrenatural le viene de su abuela, que le enseñó todo tipo de historias y supersticiones de su provincia de origen, Corrientes. 

Su trayectoria como escritora profesional comienza a los 19 años cuando la Editorial Planeta publicó su novela de corte social titulada "Bajar es lo peor". Tal fue el éxito de ventas, que se llevó a la gran pantalla en 2002 con el mismo título.

Como apunte sobre las influencias literarias y musicales de Mariana, nombraremos por ejemplo a Lovecraft, Faulkner, Borges, Onetti, Bolaño, Joyce, Alan Moore y Neil Gaiman y, en el terreno musical, Chelsea Wolfe, Suede, Nick Cave, Taylor Swift o Lana del Rey.

¿Qué encontramos en este volumen publicado por Anagrama en 2024 que me ha impresionado tanto? Pues una magnífica colección de relatos muy bien escritos con un tratamiento del género del terror distinto, original. Ya sabemos que todo está inventado, pero la forma en la que la escritora aborda el miedo a los fantasmas o la enfermedad, mezclándolos con temas sociales como las crisis económicas, los desaparecidos y torturados en Argentina, la pandemia del covid o la violencia contra las mujeres está tan perfectamente integrado, que acabas reflexionando si el verdadero terror no será la vida real (que ya les digo yo que lo es).

Ole tú (Foto: Heraldo de Aragón)

Sin ánimo de reventarles las sorpresas que se ocultan en estos relatos, les ofrezco unos pequeños apuntes sobre algunos de ellos:

 - "Mis muertos tristes": la protagonista es un imán para los fantasmas pero, ojo, que su "don" es que los tranquiliza. Bajo esta premisa hay una crítica brutal a la hipocresía relacionada con "el diferente". Ahí lo dejo.

- "Los pájaros de la noche": aquí tenemos una aparecida/zombie. Los pájaros no son lo que parecen. Espantoso lo que realmente representan.

- "La desgracia en la cara": estremecedor relato de una mujer con una parálisis progresiva en la cara. ¿Metáfora de un estigma familiar por la parte materna? Este es de los que más te hace reflexionar tras leerlo.

- "Julie": y si de denuncias sociales hablamos, este cuento es una reflexión brutal del trato a los enfermos mentales. Aquí se nos presenta a una esquizofrénica que habla y se zumba a los espíritus que se quedaron en su casa tras las ouijas que su madre hacía en ella. No solo es un desgarrador análisis de las enfermedades mentales, también hay una nada disimulada crítica comparativa social entre el norte, USA, y el sur, Argentina.

- "Metamorfosis": Por motivos obvios este fue de los que más me afectó. Un caso médico que deriva en una histerostomía. Crítica a las mutilaciones y falta de información sobre a lo que nos someten a las mujeres, incluso por doctoras, y a lo que puede llevar que sientas manipulada o tratada de idiota. Brutal, literalmente.

- "Los himnos de las hienas": moraleja del cuento: no te metas en un palacio abandonado cuyas habitaciones sirvieron para torturar.

- "Diferentes colores hechos de lágrimas": slasher aplicado a ropa vintage. Ahí lo dejo. De los que más me gustó. 

- "Un artista local": peligros del turismo rural. Se me han quitado las ganas de alquilar una casita en un pueblito bonito.

Y ya les digo que estas son solo algunas de las joyitas que pueden encontrar en este volumen. Van a sufrir, a llorar, a pensar, a sonreír a costa del humor negro negrísimo que se destila en muchos cuentos. Van a querer dejar el libro tras algunos de ellos porque quizá ya no puedan más, pero no van a poder resistir la tentación de seguir leyendo. Tal es la maestría de Mariana Enriquez, la curiosidad de comprobar si el siguiente relato es mejor aún que el anterior, por muy mal que se esté pasando.

No será lo único que lea de ella, seguro. Y ¿adivinan? Recomiendo encarecidamente su lectura.

jueves, 19 de septiembre de 2024

Saga Blackwater: ¿Realismo mágico en Alabama?

Sí, he de confesarlo: también he caído bajo el influjo del río Perdido. 

Y es que la saga de la familia Caskey escrita por Michael McDowell me ha atrapado hasta tal punto que he leído los seis volúmenes prácticamente seguidos en tiempo récord. No me podía fallar al tener una serie de elementos que para mí son apuesta segura: América profunda, principios del siglo XX, referencias a mi monstruo acuático favorito (y no estoy hablando de Jason Momoa, jeje) y una ambientación en la que puedes sentir, oler y mascar el olor de una riada. Leyendo estos libros te sientes pegajoso, sudoroso, maloliente.

Tanto del autor como de la historia seguro ya tendrán referencias por lo que aquí les vamos a poner un poco en antecedentes y lo que realmente queremos compartir son las impresiones sobre la saga Blackwater.

Michael McDowell fue un escritor y guionista nacido en Entreprise, Alabama en 1950. Doctor en Literatura Inglesa, se licenció en la Universidad de Harvard. Estaba orgulloso de ser un escritor comercial, y altamente prolífico, al que le gustaba publicar sus obras como antiguamente: novelas por entregas y folletines. A él le debemos los guiones de algún capítulo de "Los cuentos de la cripta" y de "Alfred Hitchcock presenta" y de las películas "Pesadilla antes de Navidad" y "Bitelchús" (¿Qué opinirá de la nueva, allá donde él esté?).

La colección Blackwater la escribió en 1983 y solicitó que se publicara a razón de un volumen al mes. Me alegro infinitamente de habérmelos comprado en dos tandas, porque me hubiera quedado sin uñas esperando el siguiente libro tal como se vendieron en su día. Compré el primero y, tras leerlo, adquirí los otros cinco a la vez.

Los títulos de los libros son: 

La riada

El dique

La casa

La guerra

La fortuna

La lluvia

A lo largo de los seis volúmenes nos va relatando la historia de la familia Caskey, de profesión sus aserraderos, comenzando la acción el Domingo de Pascua de 1919 en el pueblo llamado Perdido, situado en Alabama. Este se inunda por el desbordamiento de los ríos Perdido y Blackwater. Oscar Caskey y Bray Sugarwhite (su ayudante/esclavo) rescatan en el Hotal Osceola a Elinor Dammert, la solitaria y misteriosa huésped superviviente de la riada. La familia la acoge en casa del tío de Oscar, James Caskey. Mary-Love, madre de Oscar y férrea, fanática y odiosa matriarca de la familia, la aborrece desde el minuto uno.

Para que se hagan una idea de como se las gasta la señora Mary-Love les dejo esta joyita de frase con la que bendice la mesa: "Señor, protégenos de las inundaciones, del fuego, de los animales rabiosos y de los negros fugitivos". Es la única en el pueblo que odia a Elinor, que se gana el cariño y el respeto del resto. Ni que decir tiene que Oscar y Elinor se enamoran y se casan a escondidas. La madre castradora les regala una casa pero a cambio se queda con la primogénita de la pareja, Miriam, para que viva con ella y con la hija de Mary-Love, Sister, una solterona sicológicamente dependiente de su madre. El "robo" de hijos entre los Caskeys será una constante en todas las generaciones.

Con este punto de partida, la historia de la familia, que se va ampliando con más bodas y descendientes todos igual de "particulares", se desarrolla hasta la dećada de los setenta. De esta forma vamos viendo cómo los Caskeys se van adaptando siempre triunfantes a las visicitudes de la Gran Depresión a finales de los años veinte, la Segunda Guerra Mundial, la prosperidad de los años cincuenta, y la Guerra de Vietnam, entre otros acontecimientos destacados del siglo pasado. Ni les cuento cuando descubren que en algunos de los terrenos de su propiedad hay petróleo.

Es ídolo

Pues muy bien. ¿Y por qué esta trama está en los especiales de Halloween? Porque desde el primer momento sabemos que Elinor no es exactamente lo que parece. O sea, sí, es una dama atractiva, muy inteligente, manipuladora a su manera y con mucha clase, pero ojo, que toda esa sofisticación desaparece cuando se sumerge en las aguas del río Perdido y sale su otra naturaleza, que no es precisamente glamourosa. A partir de este momento, que descubrimos muy pronto en el primer volumen, se van sucediendo crímenes inexplicables y muy macabros hasta de niños, que aquí no se cortan un pelo para conseguir los objetivos. O poltergeist de lo más variado en las distintas casas familiares (la de Elinor y Oscar es un festival continuo), apariciones, ruidos, venga a romperse cosas... Lo fantasmagórico es muy puntual a lo largo de los libros, pero es impactante, tiene una importancia capital en la trama y creo que es lo que nos deja descolocados a los lectores y nos anima a seguir leyendo ávidamente. Bueno, aparte de los cotilleos y salseo familiar claro.

Y este precisamente es el único punto que me "chirría" de la trama: la tranquilidad y la poca importancia que los testigos de estos desmanes sobrenaturales dan a lo que ven, y que no parecen tener relevancia ni más motivo de reflexión para ellos. ¿Que oyen pasos en una casa vacía, los reconocen como los de un tío que murió hace años y explotan todas las bombillas de repente y a la vez? Pues será que la instalación eléctrica está obsoleta. ¿Que te dicen que tu mujer, experta nadadora, se ha ahogado así de repente? Ni te sorprende, ni se investiga, ni le dedicas dos minutos de duelo, cuando ella era supuestamente el amor de tu vida. Vamos, que todo lo raro que pasa en la familia y en el pueblo se lo toman con una pachorra que no se entiende, pero bueno. Esta gente ni se plantea ni se cuestiona nada, aunque de repente la casa huela al río Perdido que apeste, y aparezca "mágicamente" en los suelos el barro de sus orillas. ¡Se quedan tan pichis! 

Pero vamos, que es lo único que me ha dejado sorprendida de la historia, la falta de reacción o el asumir como normal por parte de todos los personajes hechos que eran cualquier cosa menos cotidianos. Por lo demás, comprenderán que me ha fascinado si me he tragado seguidos y sin rechistar los seis libros.

De hecho tengo claro que, antes o después, volveré a navegar por el cauce de los ríos Perdido y Blackwater, aun sabiendo los riesgos que ello conlleva. ¿Se animan a darse un bañito?

jueves, 12 de septiembre de 2024

TBR Halloween 2024

Este año por primera vez me marco un pequeño reto de lectura: antes del 31 de octubre quiero leer estos tres libros. Con dos voy sobre seguro al ser autores clásicos, de los que ya he leído parte de su obra, y el tercero es una incógnita, dado que solo conozco un relato cortito. 

Veamos los ejemplares del reto lector:

"Cuentos de terror" Sheridan Le Fanu


¿Pero cómo no iba a haber al menos un escritor victoriano entre los escogidos? Este autor es un valor seguro. El literato irlandés sé que no me va a decepcionar y me hará pasar un buen/mal rato con esta recopilación de diez relatos en los que espero encontrar su elegante estilo habitual. Fantasmas, ambientes tenebrosos, tensión... todo asegurado en este volumen del autor que dignificó el género de terror.

"El huésped de Drácula y otros relatos" Bram Stoker


Segundo irlandés, segundo victoriano y segundo valor seguro. En esta ocasión pienso disfrutar de los nueve relatos contenidos esta recopilación. Más fantasmas, más situaciones escalofriantes, ocultismo, más horror gótico... Conozco de sobra al autor y sé que me va a dar muy buenos momentos en "noches oscuras y de tormenta" jejeje...

"Inanición" Daría Pietrzak


La incógnita. De esta autora nacida en Polonia pero residente en España solo he leído el relato corto "La grieta", pero me gustó lo suficiente para que me haya decidido a repetir, esta vez con su segunda novela. Sinceramente, no tengo apenas idea de lo que me voy a encontrar. Sé que ha revolucionado el género del terror y su buena fama le precede. 

De la trama solo conozco lo que aparece en la contraportada: el protagonista huye de su pasado buscando calma, paz y tranquilidad en el pueblo San Nicolás. Pero telita el secreto que debe esconder el pueblecito en cuestión. Aparentemente va de fantasmas, pero me parece que me voy a encontrar mucho más en esta narración que espero que me ponga los pelos de punta y me enganche para leerla con estusiasmo.

¿Conseguiré mi reto? Desgraciadamente no me sobra el tiempo para leer y, aunque queda casi un mes y medio para Halloween, me tendré que aplicar para lograrlo. Eso sí, lo que tengo claro es que lo que de verdad quiero es disfrutarlos, sin prisas. Así que ya estoy preparando mi tacita, mi bebida caliente (té lo más seguro) y, dependiendo de la temperatura, mi mantita favorita para crear el escenario perfecto adecuado a este tipo de lecturas. Ya les contaré.

jueves, 5 de septiembre de 2024

Empieza la "Spooky Season": una de fantasmas



¿Pero qué me dices? ¿Fue este el autor que acuñó el mítico, a la par que denostado, típico tópico comienzo de "Era una oscura y tormentosa noche..."?

No sabía quien era el escritor que tantas burlas había cosechado por ello hasta que me informé sobre el autor del relato que les traemos hoy. Venga, un poquito de "güiquipedia" para situarnos: Edward Bulwer-Lytton nació en Londres el 25 de mayo de 1803. Pobre no era, ya se lo digo yo. Niño precoz talentoso sí. Niño porculero, también. 

Sus primeras incursiones literarias comenzaron en 1820. En 1822 ingresó en el Trinity College en Cambridge y ganó su primer premio por una obra poética en 1825. Se pasó un rato en el ejército tras licenciarse en la universidad y, ¡ay! se casó con una moza a la que su madre no podía ver ni en pintura y, ¡ay!, la creadora de sus días le retiró su asignación económica. Ya les dije que no era pobre. ¿Resultado? Tuvo que ponerse a trabajar. (Nota: el matrimonio acabó como el rosario de la Aurora. Su exmujer se dedicó a ponerle a caldo en una novela en la que le caricaturizó. Como ven, no es nuevo que las mujeres facturen en lugar de llorar).

Total, que este dandy se puso a hacer lo que mejor se le daba: escribir. Fue poeta, novelista, dramaturgo, periodista y hasta político. Y ojo que en su día vendió tanto como Dickens, pues tal era su popularidad. De hecho fue un gran amigo del maestro Charles hasta tal punto de que Edward fue el padrino del décimo hijo de Dickens y se llamó igual que él.
 
Eduardo tocó muchos genéros como he enumerado antes: novelas de alta sociedad, de policías y ladrones, históricas, filosóficas y de fenómenos sobrenaturales, como el relato que hoy nos ocupa. Como tantos en su época, Bulwer-Lytton estaba interesado en el ocultismo y perteneció a sociedades secretas y esto ya nos ayuda a enlazar con el relato que, sin más preámbulo, pasamos a comentar.

Qué victoriano él

"The Haunters and the Haunted" o "The House and the Brain", son los títulos con los que podemos encontrar "La casa y el cerebro". Considerada como una obra esencial en el género sobrenatural, fue publicada en 1859. Posteriormente se volvió a editar pero en otra versión más reducida, con una parte final eliminada por el propio autor.

¿Y qué encontramos aquí? Pues un clasicazo: una casa encantada, que aquello es un no parar de fantasmas. Los inquilinos de esta mansión en Oxford Street (Londres) no le duran al arrendador ni tres noches, pues las escenas aterradoras que se suceden sin parar en el inmueble echan hasta al más templado de este Airbnb versión poltergeist. ¿A todos? Pues no. Un aguerrido caballero decide instalarse en la casa, asegurándole al dueño que se quedará hasta descubrir lo que realmente sucede, pues está convencido de que los fenómenos tienen una causa que se puede explicar racionalmente.

Y allí que se muda con su criado (que va de chulito como su señor pero no aguanta ni el primer asalto fantasmagórico), y desde el minuto uno empiezan a ver las manifestaciones de los habitantes del "universo paralelo" de la casa: huellas de pisadas infantiles en un patio mojado justo delante de ellos, cuando allí no hay niño ni hay "ná", mobiliario que se mueve sin que nadie lo empuje, puertas que se cierran y abren solas, lucecitas de colores que no se sabe de donde han salido, aparecidos, sombras gigantescas... Vamos lo típico. Parece que todo parte de una habitación concreta. Así que el protagonista se concentra en investigar hasta el último recoveco de la misma para llegar al origen de todos estos fenómenos. Y hasta aquí puedo leer.
 
La verdad es que el relato es de lo más entretenido y sientes curiosidad por saber si la racionalidad y el "método científico" consiguen aclarar el follón sobrenatural de la casa. Me gusta mucho la distinción que establece el protagonista entre los conceptos de horror y miedo, para justificar el motivo por el que él no sale corriendo de la mansión a las primeras de cambio. La resolución me gusta, más por la parte estilística que por la racional, pero oigan, que esto es una historia de fantasmas, no un tratado de física aplicada.

Léanlo por favor, que es breve y una perfecta compañía para una tarde otoñal.

Por cierto, con respecto a la frase que acuñó Bulwer-Lytton con la que comenzaba esta entrada, pues qué quieren que les diga... ¿Hay algo mejor para una gótica que una oscura y tormentosa noche? Pues ya les digo yo que no.