Cuando veo que se intenta ofender a alguien recriminándole su estatura (como si esa persona la hubiera elegido) al agredido siempre le comento que "los perfumes se guardan en frascos pequeños... y los venenos también".
Este agravio me llevó a pensar en los entrañables momentos que nos han hecho pasar personajes de pequeño tamaño y quiero rendirles un sentido homenaje. Si hago un ejercicio de memoria, los primeros chiquitos que se ganaron mi corazón fueron los entrañables Nabuconodosorcitos, familia que vivía en una maceta del genial Epi:
Papá Thomas, Tina, Timmy y Mamá Tessie |
Entre todos no juntaban un cerebro entero, qué lástima. Cualquier tarea que tuvieran que afrontar les resultaba un reto insuperable hasta que se daban cuenta que colaborando podían superarlo. Esto no implicaba que la solución que encontraban fuera la más lógica o sencilla.
Adorables, estos entrañables personajes fueron creados para Barrio Sésamo por el genio Jim Henson.
Los Pitufos
Sí, todos nos hemos planteado que era mucho pitufo para una sola pitufina |
Nacidos en 1958 del lápiz del dibujante belga Peyo como personajes secundarios de los cómics "Johan y Pirlouit", al año siguiente de aparecer en escena se habían hecho tan populares que tuvieron sus propias historias. Después los tebeos dieron paso a las películas y la serie de dibujos animados que todos conocemos.
Qué majos eran esos clones con diferentes personalidades que nos cautivaron: el cocinero, el presumido, fortachón, goloso, el mala leche... Así los conocíamos dado que no tenían nombres propios. Sólo se diferenciaban Papa Pitufo y Pitufina. Entonces no se atendía a aquello de las cuotas... jejeje. Nunca entendí el afán de Gargamel (el malo) por atraparlos dado que fracasaba una y otra vez. En ese sentido me recuerda al coyote del Correcaminos, al gato Silvestre de Piolín, el Pierre Nodoyuna de los Autolocos o a un malo más reciente, el Lepidóptero de Las Aventuras de Ladybug. Tan contumaces como patéticos fracasados.
Los Diminutos
The Littles: se podían haber quedado en las paredes calladitos |
Rezaba la canción de entrada de estos personajillos: "Los Diminutoooosss... Nadie sabe donde estáááááánnn...". La verdad es que ni falta que hacía. Los caracteres de esta serie estaban basados en las novelas del estadounidense John Peterson. Fueron creados en 1967 pero los sufrimos como serie de dibujos animados en 1984.
La cosa iba de que un chaval descubría en la casa donde se había mudado con sus padres que había una comunidad de mini seres que vivían en las paredes de su casa. Ni que decir tiene que el humano se hace amigo de los diminutos y juntos viven muchas aventuras. El malo de turno era el que aquí llamaron "el malvado profesor Cepo", otro al que podríamos añadir a la lista anterior de perversos losers.
He empezado alabando a los seres de pequeño tamaño pero reconozco que los Diminutos no eran santos de mi devoción. Quizá debería darles otra oportunidad porque en cada capítulo te enseñaban a hacer una manualidad, cosa muy a tener en cuenta hoy en día.
Curris
Quiero un curri en mi vida |
Estos sí que me robaron el corazón desde el minuto uno. Los incansables trabajadores que vivían dentro de Fragel Rock tenían como único sentido de su vida el construir unas estructuras que no servían para nada y que además eran destruidas una y otra vez por los golosos fraguels al estar realizadas con una especie de caramelo que era su comida favorita. Inasequibles al desaliento, los curris, lejos de quejarse, se ponían manos a la obra para volver a crear sus dulces andamios.
¿Simbiosis? ¿Parasitismo? No sé qué definiría correctamente la relación entre las dos tribus pero me quedo sin dudarlo con los pequeños seres verdes con sus casquitos, sus botitas y sus mini herramientas. ¡Qué cuquis por dios!
Oompa Loompa
Mejores los de la primera versión de Willy Wonka |
Con menos glamour que los anteriores, pasados por ordenador, pero igual de explotados |
Ejemplos claros de la explotación a los enanos, no hay más que ver que los oompa loompa eran los felices habitantes de Loompalandia hasta que el capitalista Willy Wonka los encontró y los esclavizó a cambio de cacao.
La verdad es que la imagen de estos personajes del libro "Charlie y la fábrica de chocolate", obra escrita por el extraordinario autor británico Roald Dahl en 1964 me gustó más en la película de Gene Wilder que en la de Tim Burton. Los primeros eran enanos de verdad, cada uno distinto aunque estuvieran uniformados. En la película más moderna, del 2005, era una imagen repetida del actor Deep Roy la que nos creaba la ilusión de estar viendo a numerosos oompa loopas.
Minions
Los pequeños y amarillos ayudantes del presuntamente villano Gru se hicieron conocidos a raíz de la película "Gru, mi villano favorito" (2010) conquistándonos a todos.
Estos "semiclones" con aspecto de supositorio son prácticamente iguales, diferenciándose por rasgos como tener uno o dos ojos, lucir cuatro pelos en la cabeza o ser calvos, o lucir algún traje como por ejemplo de hawaiano o de criada:
Caóticos, guasones... pero siempre fieles a su jefe Gru, no dudarán en arriesgar hasta sus vidas para protegerlo a él y a sus adorables niñas. Si quieres ganarte su amor y confianza, regálales una banana. Es su fruta favorita.
Trolls (No pierdas el ritmo)
Estos cantarines personajes llegaron en forma de película en 2016, aunque están basados en un personaje creado por el danés Thomas Dam en 1959. Ya solo el comienzo de la peli me conquistó al ponernos al corriente de la historia de los Trolls a través de un scrapbook.
Minions
Minions para todos |
Los pequeños y amarillos ayudantes del presuntamente villano Gru se hicieron conocidos a raíz de la película "Gru, mi villano favorito" (2010) conquistándonos a todos.
Estos "semiclones" con aspecto de supositorio son prácticamente iguales, diferenciándose por rasgos como tener uno o dos ojos, lucir cuatro pelos en la cabeza o ser calvos, o lucir algún traje como por ejemplo de hawaiano o de criada:
Caóticos, guasones... pero siempre fieles a su jefe Gru, no dudarán en arriesgar hasta sus vidas para protegerlo a él y a sus adorables niñas. Si quieres ganarte su amor y confianza, regálales una banana. Es su fruta favorita.
Trolls (No pierdas el ritmo)
No te puedes quedar con los pies quietos cuando los trolls se ponen a cantar |
Estos cantarines personajes llegaron en forma de película en 2016, aunque están basados en un personaje creado por el danés Thomas Dam en 1959. Ya solo el comienzo de la peli me conquistó al ponernos al corriente de la historia de los Trolls a través de un scrapbook.
¡Qué arte y vitalidad derrochan los súbditos de la Princesa Poppy con todos los personajillos agregados! Es imposible quedarse impasible ante el ritmo que nos marcan con sus canciones bailongas. Hasta el troll "gris", aguafiestas y amargado, acaba cayendo rendido ante los encantos de las alegres tonadas de la Princesa.
Petisos Carambanales
Ni el idioma élfico ni el de los Klingon, me quedo con el alfabeto de los Petisos |
¿Y si estos fueran los precursores de los Minions? Los Petisos son unos personajillos amarillos idénticos que aparecían en varios de las mejores cómics de Súper López. Según Jan, el creador de Súper López, los Petisos son un "producto ectoplásmico originado por la energía supermediúmnica de Superlópez".
Me encantan los Petisos pero no puedo dejar de sentir cierto agobio ante su presencia porque siempre aparecen en ordas caóticas. Al fin y al cabo, su origen y finalidad era expulsar a los habitantes de cierta ciudad para que el malvado Escariano Avieso pudiera robar a gusto.
Anda que no me dejo pequeñitos por el camino. No quiero olvidarme de otros personajes diminutos que pueblan excelentes páginas de la literatura y el cine. Desde los liliputienses de "Los viajes de Gulliver" (que arrestaron injustamente a Gulliver por orinar en la vía pública cuando en realidad trataba de apagar un incendio), a los chinos diminutos pero tecnológicamente súper desarollados de la novela "Payasadas" de Vonnegut, pasando por los humanos miniaturizados de la película "Una vida a lo grande", hasta las parejas disfuncionales de diez centímetros de "No hay camino al paraíso", el cuento de Charles Bukowski. Habrá que dedicarles un capítulo aparte.