viernes, 12 de abril de 2019

¡Qué me gusta una Semana Santa!



Hace relativamente poco tiempo que me aficioné de verdad a la Semana Santa. Algo extraño contando con que, al ser una gótica de pro desde niña, me tenía que haber atraído antes la oscura y a veces tenebrosa imaginería de esta celebración. Cuando estudiaba me gustaba porque era cortar con la rutina de las clases al comienzo de la primavera. Estoy pensando que en aquellos años todos mis recuerdos de esas vacaciones eran soleados, con un tiempo espléndido. Pero sobre el tema de la meteorología ya volveremos luego.

No puedo poner una fecha a cuando empecé a disfrutar de las procesiones. No fue hace mucho desde luego. Sólo sé que ha sido "el fanatismo del converso": de no ver ni una procesión a no parar de hacer zapping entre las diversas cadenas que las televisan para no perderme detalle. Lo mismo con los documentales sobre la Semana Santa en distintas poblaciones. Me los trago todos con devoción, nunca mejor dicho. Hablando por cierto de creencias: las fechas de la Semana Santa se determinan a partir del calendario lunar. El domingo posterior a la primera luna llena después del inicio de la primavera en el hemisferio norte es el Domingo de Pascua. Pelín pagano me parece...

Como no sé bien cómo afrontar este reto de ordenar mis pasiones (nunca mejor dicho) para que quede un relato coherente, creo que será mejor que vaya un poco por días. Aunque haya festividades anteriores a este día, mi frenesí comienza el Jueves Santo...

La procesión del Cristo de la Buena Muerte



Redención legionaria

Mi procesión favorita. Me encanta dedicar la mañana del Jueves Santo a ver esta celebración perteneciente a la Semana Santa de Málaga. Este Cristo está vinculado a la Legión desde 1921 y son los encargados de portarlo mientras resuena su himno "El novio de la muerte". Ya mandaba yo a más de un flojo para que espabilara llevando la imagen.

Por cierto, esto me lleva a reflexionar sobre el culto al dolor y el sufrimiento que se realiza en estas fechas por parte de los católicos, mientras que otros cristianos, como los ortodoxos, hacen más hincapié en la celebración de la resurrección de Jesús.


No se puede sufrir más


La Semana Santa de Zamora


Viernes Santo con la Cofradía del Santísimo Cristo
del Espíritu Santo

La Penitente Hermandad de Jesús Yacente

Procesión de las Capas Pardas


Recogimiento, reflexión, sobriedad, austeridad, silencio, seriedad, respeto... Todos estos sustantivos se pueden aplicar a la Semana Santa de Zamora. No me extraña que fuera declarada de Interés Turístico Internacional en 1986.

Impresiona su gravedad, impone su devoción y, porqué no decirlo, acongoja un poco. Diferente de otras celebraciones a las que, yo al menos, estaba acostumbrada (las de Sevilla o Málaga por ejemplo) no puedo dejar de recomendar asistir a esta noble ciudad castellano-leonesa para desaparecer por sus calles repletas de recogidos penitentes.


El Via Crucis

There is a light that never goes out

Echo de menos a Paloma Gómez Borrero

¡Ah Roma! Además de ser una magnífica película de Fellini es el escenario perfecto para el Via Crucis que no me pierdo ningún año. La puesta en escena es espectacular, me encanta ver a quién se ha escogido cada año para portar la cruz en cada estación. Me fascina esa gigantesca cruz que lo preside todo con miles de pequeñas velas que, por mucho viento y lluvia que caiga esa noche, nunca termina de apagarse.

Si tengo que quedarme con un Via Crucis escojo el del primer año de papado de Benedicto XVI. Ese coliseum iluminado desde abajo con unas potentes luces rojas daban una sensación de película de terror y angustia que me impresionó muchísimo. Aunque para imagen, me quedo definitivamente con la de Juan Pablo II recorriendo una de las estaciones cuando ya se encontraba muy enfermo. Sacrificio en estado puro.


Desfile bíblico de Lorca


Despliegue brutal de medios

Uno de los pasos

Los lorquinos volcados en su desfile

Igual que en el caso de Zamora, ha sido reciente el descubrimiento de este desfile espectacular que se lleva a cabo en la localidad murciana de Lorca. Espero volver a disfrutar del mismo este año porque es una "procesión" fastuosa.

También declarado de Interés Turístico Internacional en 2007, este desfile se caracteriza por representar escenas del Antiguo Testamento y cristianas con la participación de caballos, carrozas y carros. La puesta en escena es prodigiosa y lo que me llamó muchísimo la atención es que los cofrades y el público están divididos en dos facciones, los blancos y los azules. Ambos "bandos" están sentados en gradas enfrentadas que delimitan el más de medio kilómetro de vía por donde se desarrolla el desfile. Si tienen oportunidad de verlo por la tele, o mejor aún, viajar a Lorca, ¡no se lo pierdan!

A esas alturas de la Semana Santa estoy agotada. En las líneas anteriores sólo les he dado unas pinceladas de mis "highlights" de esos cuatro días pero el domingo llevo una acumulación de procesiones, vigilias, desfiles, misas, via crucis... tan tremenda que ya no distingo una celebración de otra. Independientemente de que hayan tenido lugar o no. Me explico: como indicaba al comienzo de mi relato, siempre relacionaba la Semana Santa con días despejados disfrutando de los primeros calores. Sin embargo, desde que sigo con tanta atención estas festividades me he dado cuenta de las tragedias que provoca la pluviosidad que tan frecuentemente frustra la salida de los palios. Hombres como castillos se derrumban anegados en lágrimas porque, tras entrenar duramente durante muchos meses, no puede sacar su imagen porque la lluvia destrozaría la talla.

¿Y qué decir de la gastronomía típica de estas fechas? Menos mal que la Semana Santa sólo son poquitos días porque podría terminar con la misma fatiga de comer que padezco tras Navidad. Ya estoy soñando con el potaje de garbanzos y bacalao que voy a hacer la semana que viene y las torrijas que me voy a zampar. Creo que tengo que ampliar mis horizontes culinarios e investigar qué se come en distintas regiones. Este año es una buena ocasión.


Me hacen olvidar mi aversión a los carbohidratos

Donde estén los guisos de cuchara...

En fin, que este domingo es el Domingo de Ramos y el gusanillo de las celebraciones ya me está entrando por todo el cuerpo. ¿Lloverá este año? ¿Cuántas procesiones podré ver? ¿Me saldrá rico el potaje? ¿Veré al Papa Francisco participar en alguna estación? ¡Qué nervios!

¡¡Al cielo con ella!!





1 comentario:

  1. Este año podemos volver a tener drama, porque anuncian una borrasca gorda para las festividades... lágrimas como puños vamos a ver, tiene su aque....

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