domingo, 16 de febrero de 2020

El alfa del minimalismo: "Mi adorado Juan" de Miguel Mihura



Jamás pensé que uno de mis dramaturgos favoritos escribiera la que, hasta ahora, es la obra más antigua que he leído donde se aborda el tema del minimalismo, aunque sea de forma indirecta: "Mi adorado Juan".

La historia gira alrededor de la figura de Juan, un médico apenas entrado en la treintena que ejerció su profesión hasta que ahorró lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas sin trabajar hasta los 80 años, pues hasta esa edad pensaba vivir.

¿Y a qué dedica su tiempo este aún joven galeno? Pues a la noble causa de hacer favores. Enemigo de madrugar, Juan acude todas las tardes a su despacho prestado, donde recibe a sus vecinos y amigos para ayudarles: intercede, media en conflictos o pone en contacto a personas que pueden echarse un cable mutuamente. 

Todo el mundo quiere a Juan.

La trama realmente comienza cuando la hija de un investigador se enamora de Juan y le propone matrimonio. Esto genera gran zozobra en el protagonista. Básicamente le trastoca todo su plan de vida. Dispuesto a no cambiar un ápice su objetivo vital, al compartir sus ahorros con otra persona, la duración de los mismos se reduce 30 años. En la obra no se contempla que ella trabaje para que aporte sus ingresos al matrimonio.

No desvelo nada más sobre el argumento primero para que se animen a leer la obra que merece absolutamente la pena y lo segundo porque lo que me fascinó realmente es que el protagonista es un minimalista sin proponérselo. Vive tan feliz con lo imprescindible, sin plancha, nevera o vajilla. La colada y la plancha se la hace una vecina a la que en su día sacó de un apuro. Come en la taberna de unos amigos por un módico precio. Los muebles en la casa son los imprescindibles: una silla, un sillón, una cómoda y una cama. Y aún con esta parquedad de medios Juan no solo es feliz, sino que contagia su entusiasmo a los demás.

Sin ataduras a bienes materiales y con las necesidades básicas cubiertas, este personaje me pareció un pionero de la actual corriente minimalista. Sin esa dependencia de lo material, se permite dedicarse a lo que realmente le importa: ayudar a los demás. La falta de propiedades no le impide llevar una vida plena. Muy al contrario, le permite y le da una libertad que no sería posible si estuviera preocupado de mantener, aumentar o estar pendiente de sus bienes. 

Reconozco que no podría vivir con la austeridad de Juan, pero el personaje me resultó inspirador para acometer los planes "minimalistas" previstos para este año. Y sobre todo me encantó esa alegría y buen rollo que transmite a través de la cadena de favores que va generando, contagiosa entre todos los que le rodean.

Mi adorado Mihura

Lean esta obra o cualquiera de las magníficas piezas de Mihura. Disfrutarán de las tramas loquísimas que lo hacen el verdadero padre del "teatro del absurdo" (lo siento Ionesco, el madrileño te gana por goleada).

Curiosamente, Mihura creó esta historia como un guión cinematográfico en 1950. La película "Mi adorado Juan" fue dirigida por su hermano Jerónimo Mihura y  protagonizada por Conchita Montes y Conrado San Martín. Jerónimo animó a Miguel a adaptarla al teatro porque vio todo el potencial que la trama tenía. Como homenaje a alguno de mis actores favoritos, diré que en la obra estrenada en 1956 (un exitazo) los protagonistas eran Alberto Closas, Rafael Alonso, Mari Carmen Díaz de Mendoza y Laly Soldevila.


Yo también adoro a Juan

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