No es la primera vez que Friedrich Dürrenmatt se asoma por este blog. Su novela "La promesa" fue el libro del mes en los favoritos de septiembre.
Me gustó tantísimo que he seguido investigando la obra de este autor y he tenido el placer de leer esta magnífica obra de teatro. Pero primero pongamos al escritor en un mínimo contexto:
Friedrich Dürrenmatt nació en Konolfingen, Cantón de Berna, el 5 de enero de 1921. Hombre polifacético, fue un pintor y autor teatral. También escribió para la radio y la televisión, ensayos literarios, filosóficos y novelas (en su mayoría policíacas), siempre en alemán.
Estudió filosofía, filología y ciencias naturales en Zúrich y posteriormente en Berna. Desde niño estuvo clara su vocación de pintor y no solamente ilustró algunas de sus obras, sino que elaboró esbozos y escenografías de algunas de sus piezas teatrales.
A mitad de los años cuarenta se publicó su primera obra, "Está escrito", que se estrenó un año más tarde. Fue una comedia lírica y apocalíptica que provocó un escándalo tras su estreno en 1947. En ella criticaba la presunta vocación humanista de las Naciones Unidas y su papel de "salvadora mundial". También tiraba contra la falsa neutralidad de su país, Suiza, que se había limitado en la Segunda Guerra Mundial a mirar el desastre y, eso sí, a enriquecerse gracias a él.
La verdad es que al principio la literatura le reportó pocas perras. Cuando publicó una de sus obras más importantes, "El juez y su verdugo", estaba pasando dificultades económicas, pero a partir de 1952 la situación mejoró por los encargos que recibió de las radios en lengua alemana para escribir novelas radiofónicas. Al mismo tiempo, comenzó a escribir novelas policíacas, que solían aparecer por capítulos en un periódico suizo.
En 1952 vivió un importante éxito teatral en Alemania con "El matrimonio del señor Mississippi" y el reconocimiento y fama mundial vino con la obra de teatro que hoy nos ocupa. Y a partir de la década de los sesenta ya fue un fenómeno de masas, ejerciendo siempre un papel crítico, cínico, muy cargado de pesimismo sobre el momento que le estaba tocando vivir. Pues anda que si viera el percal actual...
El escritor falleció en Neuchâtel en 1990.
Vamos ya entonces con la obra que nos ocupa. "La visita de la vieja dama" (1956), es una tragicomedia. En ella, los habitantes de una población empobrecida ven la posibilidad de enriquecerse mediante el asesinato de uno de sus conciudadanos, de quien la vieja dama protagonista fue su amor juvenil. Ahora ella, que nada en la abundancia, trata de vengarse de él.
El autor deja muy claro en cada escena cómo ha de representarse la obra, con acotaciones muy precisas y detalladas. Además de sus correspondientes personajes, hay actores secundarios que hacen un papel "humano" y otro de "objeto animado", aportando ese punto surrealista que quería Dürrenmatt. Por ejemplo, actuando como habitantes de la ciudad donde se desarrolla la acción y, en cierta escena, de árboles que hablan.
Dentro de las múltiples veces que se ha representado, se puede ver en este enlace la versión que se hizo para Televisión Española en 1974 en el programa Noche de teatro, dirigida por José Luis Alonso y con actuación de Irene Gutiérrez Caba, María Isbert, Antonio Ferrandis, Javier Loyola, José María Pou y Luis García Ortega.
Madre mía, parece La Llorona |
Con respecto a la adaptación cinematográfica, tenemos "La visita del rencor" ("The Visit", 1964), dirigida por Bernhard Wicki y protagonizada por Ingrid Bergman y Anthony Quinn.
Me quedo con la Gutierrez Caba. Da más mal rollo. |
Y es que una obra donde aparece la frase "El mundo me convirtió en una puta y ahora yo convertiré el mundo en un burdel", merece la pena. Se lo aseguro.
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