jueves, 8 de febrero de 2024

"Las manzanas" de Agatha Christie: el pueblo en el que teóricamente nunca pasaba nada


¿"Cozy Mistery"? ¿Pero eso qué es?

Reconozco que, hasta el pasado mes de diciembre, desconocía por completo este término. Para mí, la novela negra era la novela negra y punto. Sin distinciones o categorías, sin importar que el crimen fuera más o menos escabroso o estuviera descrito de una manera más o menos explícita.

Pero hete aquí que, gracias a una serie de booktubers muy majas y de las que he sacado muy buenas recomendaciones, me enteré de que existe eso del "misterio acogedor". Novelas en las que sí, hay un crimen, pero sin entrar en detalles sangrientos, el asesinato está en un segundo plano, generalmente ocurre en el seno de una comunidad pequeña y el detective de turno suele ser un aficionado.

Y resulta que Agatha Christie es la reina de este género.

Total, que etiquetas aparte, tomé nota del libro que hoy nos ocupa "Las manzanas", en inglés "Hallowe´en Party", publicado en 1969. Primero de todo he de confesar que con respecto a la gran Agatha estoy en pañales. Esta es solo la tercera novela que leo suya. Y me ha encantado. Reconozco que el que el crimen sucediera en esa fecha tan señalada para mí fue lo que me atrajo hacia la trama, pero esa es la única relación que tiene con la noche de difuntos. A lo que vamos: en una fiesta infantil de Halloween una niña muere asesinada ahogada en un barreño donde anteriormente habían estado jugando al juego de las manzanas. Joyce Reynolds, que así se llama la finada, momentos antes de su muerte había comentado que había sido testigo hacía tiempo de un asesinato, pero nadie la cree. Entre los adultos invitados se encuentra Mrs. Oliver, una escritora de novelas negras amiga del gran detective belga Hércules Poirot. Tan pronto sucede la tragedia esta corre en busca de él para que desentrañe el asesinato porque parece que la policía local no es muy capaz de resolverlo.

La Christie y la Camboira
(Lauren Postigo hacía de traductor)

Por motivos obvios no puedo destriparles mucho más del libro. Bueno, realmente no es que no pueda, es que no quiero. No pretendo sonar borde ni mucho menos, es que me ha gustado tantísimo que prefiero que, si no la han leído, se hagan un cafelito o su infusión favorita y gocen de esta novela. ¿Y qué me ha atraído tanto? Pues que cuando Poirot empieza sus pesquisas, en la comunidad de Woodleigh Common (población donde ocurre el crimen) no dan crédito a lo ocurrido y no saben quien ha podido cometer semejante tropelía porque en ese lugar nunca pasa nada... ¿Qué nunca pasa nada? ¡Qué valor! ¡Madre mía, menudos salseos se van descubriendo a medida que pasa la trama! ¡Lo que no han tenido es un minuto de calma de todos los líos que hay entre vecinos! El avance hacia la resolución del crimen es una espiral de relaciones cada vez más enfermizas e intrincadas hasta el desenlace final que es un despiporre. Pero oigan, me ha fascinado.

No puedo parar de crear, no puedo parar de crear

Aparte del planteamiento, nudo y desenlace, hay una serie de comentarios por parte de los personajes que me han llamado mucho la atención, a saber: las críticas generalizadas de cómo iban los jóvenes vestidos en esa época en general y de "los melenudos" en particular. Tampoco parecían gustar  la educación moderna que se les daba a los niños a finales de los 60 ni la liberación sexual, lo cual, decían, llevaba al aumento de la delincuencia, que encima no era lo suficientemente castigada por la ley. Hubo un momento que me recordó la mítica frase del "testimonio" de Margaret Thatcher interpretado por Joaquín Reyes en La hora chanante: "¡Una ley penitenciaria más dura, jod**, que lo están pidiendo a gritos!" ¡¡¡JAJAJAJAJA!!! ¡Ah! Y ojito a los comentarios racistas que salpican todas las declaraciones de los interrogados porque telita. 

En fin, que cómo no, les recomiendo encarecidamente que la lean si no lo han hecho ya. Por cierto, esta novela ha inspirado la última película de mi adorado Kenneth Branagh, "Misterio en Venecia". Pues tendré que verla, ¿no?

Pedazo de Poirot.
Sí, ya sé que no se parece al de la novela
ni en el blanco de los ojos pero...


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