viernes, 24 de abril de 2020

Siempre es buen día para el Día del Libro



Otro acontecimiento más que no se ha celebrado este 2020 como se ha hecho toda la vida: el Día del Libro.

Qué lástima no ver las calles con los puestos interminables de libros y las librerías con sus mejores galas. Pienso en cuantas de ellas me encontraré cerradas cuando podamos salir a la calle. Ojalá pueda volver a todas.

Pero no quiero que este post tenga un tono triste. Todo lo contrario. Si ya el año pasado por estas fechas dije que para mí el Día del Libro es todos los días, este año no iba a ser menos. Así que aquí va mi humilde aportación a esta insigne celebración con tres de los libros leídos recientemente. Cada uno en su estilo, han sido una gozada.¡Comenzamos!

- "Eso no estaba en mi libro de Historia de la Literatura" Lorenzo Gallardo (2019)

Ojalá Lorenzo hubiera sido mi profe
de Literatura


El Maestro Gallardo nos ofrece una versión original, didáctica y entretenida de los grandes literatos, retratados en sus anécdotas o vivencias más desconocidas y curiosas. Siempre he creído que enseñar Literatura (igual que Historia o Matemáticas) no tiene que ser un tostón de fechas, títulos o ecuaciones. Y esta es una demostración más de este hecho.

Desde Safo a Paolo Coelho, pasando por Jonathan Swift, Dumas o Valle-Inclán, este repaso a la literatura universal nos deja momentos delirantes como el entierro de la mosca de Virgilio, el espantoso olor con el que se inspiraba Schiller, el motivo por el que no se debía invitar a Rimbaud a tu casa o el porqué de que Giuseppe di Lampedusa contara mucho las pesetillas antes de gastárselas.

¡Lorenzo nos deja de nuevo "to picuetos" con las historias que nos cuenta! ¡Léanlo! Aunque solo sea para amenizar reuniones varias con las curiosidades que nos desvela este libro. Van a quedar fetén.


- "Imitación de Cristo" Tomás de Kempis (Siglo XV)


Imprescindible en el confinamiento


No me extraña que esta obra datada en el siglo XV haya sido tan exitosa como comentada. Básicamente es una guía para comportarse como un verdadero cristiano y tomar como modelo a Jesús, eso sí "siglo XV style". Que hay otras formas de seguir las doctrinas cristianas menos radicales, digo yo.

En estos consejos espirituales hay diálogos entre el alma y Cristo, quien nos aconseja en primera persona cómo dirigir nuestras vidas. Desde cómo prepararse para recibir la eucaristía hasta cómo hemos de despreciar el mundo y sus trampas que no nos llevan a nada bueno. Todo esto con un lenguaje que te acongoja y te hace querer pedir perdón hasta por haber nacido.

Ojo, que hay que ponerlo en su contexto histórico. Tomás de Kempis fue un monje alemán nacido en 1379 (aprox). Vaya época para nacer. Claro que... ¿alguna época ha sido realmente buena para venir al mundo? A lo que vamos. Tomás quiso con este libro recordar a sus compañeros de profesión las actitudes y costumbres que se tenían que vivir y poner en práctica para considerarse un digno cristiano. Que había ya muchos por ahí que habían perdido el rumbo...

No es de fácil lectura, no lo vamos a negar, y hay que situarlo en ese contexto para no enfadarse mucho leyendo ciertas afirmaciones, especialmente las dedicadas a la ciencia, la literatura y las mujeres. Aún así, merece la pena sin duda alguna. ¡Arrepentíos!


- "Sinopsis de cine" Ángel Sanchidrián (2017)


Cinéfila desde chiquina

Por favor, qué "jartá" a reír me pegué con este libro (mil gracias por el regalo chicos).

Lo que empezaron siendo unas reseñas muy personales sobre películas hechas en una red social por este Biblioteconomista, ha terminado recopilado en esta obra.

No me extraña nada el éxito que ha tenido y la fama que ha alcanzado con su peculiar forma de "ver" películas archiconocidas para todos. Tan propia es su forma de contar, que al final del libro hay un diccionario para explicar las expresiones que se usan a lo largo del mismo.

Aún me parto sola pensando en la forma de resumir "El Exorcista", "Memorias de una geisha" o "Gremlins". Aquí no se respeta a nada ni a nadie.

Fijo que después de leerlo ya no pueden ver el cine igual. Habrán de tener en cuenta lo que le pasa a los "chiquines", qué es lo que le da calidad a la película y para quién es recomendable.

Les animo también a que hagan su propia lista de salidos, lerdos, plastas, romeros y chulos. Las instrucciones en "Sinopsis de cine".


¡Lean lo que quieran, pero lean!

viernes, 17 de abril de 2020

Favoritos marzo 2020





Más vale tarde que nunca. Aquí están los favoritos del mes pasado. Unos favoritos un poco extraños como los tiempos que nos están tocando vivir. La verdad es que han quedado muy espirituales y con mucha influencia de más allá de los Urales. Comencemos...


- Mejor película: "Las sandalias del pescador" Michael Anderson (1968)

Anthony Quinn: pedazo de Papa

Esta es la típica película de las que se dice que "ya no se hacen". Basada en la novela homónima de Morris West, esta película fue un pelotazo comercial. Ahora cuesta creer que una historia ambientada en el Vaticano en plena guerra fría, llena de reflexiones teológicas, pudiera ser tal éxito. Claro que era otra época. No hacían falta efectos especiales ni héroes de cómic para llenar los cines.

El protagonista es el personaje Kiril Lakota (Anthony Quinn), sacerdote católico ucraniano perseguido y condenado a trabajos forzados durante el régimen comunista soviético. Su propio carcelero, el presidente ruso (Laurence Olivier) le libera y Kiril es enviado al Vaticano como asesor.

Gusta tanto el ucraniano que consigue llegar a Papa y le toca lidiar con un conflicto chino-soviético-estadounidense (el temita no ha cambiado mucho décadas después como podemos comprobar hoy en día). Pero con Anthony Quinn no hay tontería nuclear ni hambruna mundial que le arredre y lo arregla con una decisión de la que ya podía tomar nota la iglesia. 

Una anécdota sobre la actuación de Quinn: este actor se metía tanto en los papeles que le costaba salir de ellos, incluso cuando terminaba el rodaje. Su hijo Lorenzo comentó en una ocasión que con esta película era la única vez que su madre y sus hermanos habían vivido tranquilos porque la espiritualidad del personaje se la llevaba a casa. 

El reparto es espectacular e incluye, además de a los actores citados, otros ilustres nombres como Vittorio De Sica o John Gielgud. A destacar el papel del actor Oskar Werner, que da vida al Padre David Telemond, teólogo con ideas heterodoxas sobre la doctrina de la iglesia oficial al que le hacen la vida imposible. Posiblemente sea el reflejo del jesuita Pierre Teilhard de Chardin, cuyas revolucionarias ideas llegaron a influir hasta el punto de "provocar" que el Concilio Vaticano II se llevara a cabo.

La música del compositor Alex North ("Un tranvía llamado deseo", "Espartaco", "El honor de los Prizzi"...) acompaña a esta gran película. 

No dejen de verla.


- Mejor libro: "La tempestad de nieve" Alexander Pushkin (1830)

Me he hecho de Pushkin

Lo único que lamento de la lectura de este libro es no haber descubierto antes a Pushkin, el considerado padre de la literatura rusa moderna. Fue el primero en escribir en su propio idioma. ¿Escritores inspirados e influidos por él?  Gogol, Dostoyevski o Tolstoi, por un poner. Ahí lo dejo.

La trama de este breve relato es de las que a mí me gustan: dramón y miedo. Típica historia de niña rica (María) enamorada de soldado pobre (Vladimir) y los padres diciendo que nanai de casarse con un tieso. ¿Solución? Un clásico: nos escapamos. Pero esa escapada resulta un fiasco, precisamente por la tempestad de nieve. Parece mentira que unos rusos no tengan en cuenta su climatología para planear estas cosas. Total, que no hay boda, aquello termina como el rosario de la aurora hasta que años después la muchacha se topa con otro oficial del ejército que... Ay amigos, esto ya lo tienen que descubrir ustedes. 

Me encantó cómo la narración te mantiene en vilo con una historia tan típica y tópica, hasta derivar casi en una de terror.

Por cierto, esta novela inspiró la película "The Blizzard", dirigida en 1964 por el director ruso Vladimir Basov. Habrá que buscarla y gozarla.


- Mejor disco: "Elvenmusic" Caprice (2001)


Verdaderamente, música de elfos

Gran descubrimiento este grupo moscovita. Habrá que dedicar un tiempo a escuchar el resto de su discografía. Este álbum es un clásico ejercicio de "música oscura", gótica o "para tristes".

Con una deliciosa voz femenina, me recuerdan a otros grupos que escuché hace años hasta la saciedad como los extraordinarios Ordo Equitum Solis. Venga, una muestra para disfrutar de música fina y elegante:




- Mejor canción: Dua Lipa "Don´t start now"




Un poquito de baile en estos días de apoltronamiento casero. ¡Bien por Dua Lipa! 

- Mejor frase: 

"Bueno es que algunas veces nos sucedan cosas adversas y vengan contrariedades, porque suelen atraer al hombre al corazón, para que se conozca desterrado y no ponga su esperanza en cosa alguna del mundo. Bueno es que padezcamos a veces contradicciones y que sientan de nosotros mal e imperfectamente, aunque hagamos bien y tengamos buena intención. Estas cosas de ordinario ayudan a la humildad y nos defienden de la vanagloria."

("Imitación de Cristo". Tomás de Kempis)

Sí, es más de una frase, pero en estos días viene que ni pintada.


- Imagen del mes:


Lucecicas de colores

¿Otra vez con la Navidad? Pues sí. No quiero ponerme triste, melancólica ni melodramática pero el día que vi esta pedazo de bola con su espectáculo de bombillicas no cabía un alfiler en la calle, ríete tú de la procesión más multitudinaria. 

Apenas tres meses más tarde en esa esquina no hay absolutamente nadie, vamos, que en "The walking dead" hay más peña transitando las ciudades que ahora en la vida real. Ni tanto ni tan calvo. Se echa de menos un poco de humanidad suelta por las avenidas...


- Mejor experiencia: Resucitar idiomas



Do you speak...?


En la situación actual me ha apetecido dar un repaso a los idiomas que antaño estudié, unos más "oxidados" que otros. El libro de texto de ruso, un libro de consejos de cocina y mantenimiento de la casa en alemán y un libro de Economía "alternativa" en inglés ayudan a las neuronas a mantenerse activas y con su plasticidad intacta.


A ver qué depara abril.



domingo, 12 de abril de 2020

La Semana Santa vivida en replay

       


Ya toca a su fin esta atípica Semana Santa. Como odio hoy en día esa palabra: atípica. Todo es atípico ahora... ¿Podía todo esto haber sido atípicamente evitado? ¿Tiene sentido esta pregunta? Perdonen. Son divagaciones propias del día tropecientos de confinamiento.

No sé de qué me quejo porque he vivido esta Semana Santa a tope. He intentado ver todos los acontecimientos que he podido en diferido y en directo. Les aseguro que este año lo he disfrutado más que en toda mi vida. He sacado detalles de los que antes no me había percatado, he visto eventos que no había tenido la suerte de conocer. Vamos, que me he entregado por completo a la causa.

Empecé el Domingo de Ramos con la misa oficiada desde Roma. Después, la celebrada desde la Catedral de la Almudena en Madrid. Un pequeño descanso y a rememorar la procesión de La Borriquita y la de Los Estudiantes.

Esto solo fue un aperitivo.

El Jueves Santo comenzó mi particular non-stop:

Traslado del Cristo de Mena: No me conformé con ver la cutre transmisión en un canal público de TV en la que repusieron la del 2019, si no que en otra cadena me vi entero el traslado del 2018. Califico de cutre la primera porque en 2019 llovió en Málaga y el Cristo fue llevado por los legionarios apenas cinco minutos. Menos mal que en 2018 hizo un sol maravilloso y esa reposición mostró la ceremonia completa.

Misa desde el Vaticano: qué mal rollo ver a Francisco oficiando en una iglesia vacía. Los bancos que ocupan toda la basílica brillaban por su ausencia y apenas una docena de personas acompañaban al Santo Padre, guardando la distancia de seguridad.

Seguí haciendo zapping incansable y vi las repeticiones simultáneas de las procesiones del Divino Cautivo, María del Dulce Nombre, Jesús del Gran Poder, Macarena y Jesús el Pobre. Qué bonito y emocionante el encuentro de Jesús con su Madre en la puerta de la iglesia de San Pedro el Viejo. Y qué extraño se me hacía ver las calles atestadas de personas disfrutando de las procesiones. Qué ganas de volver a caminar por ellas (por las calles, no por las persona, entiéndase). Por último, tocó ver La Pasión de Elche

Y hablando de buenas gentes que no quieren dejar de celebrar esta peculiar Semana Santa, por favor, no me digan que nos les resultaron entrañables esos coches teledirigidos que se pasearon por la localidad de Lebrija (Sevilla) imitando los pasos que debían procesionar ese día:




Viernes Santo: he de confesar que ya no podía con mi alma la noche del Jueves y no fui capaz de empezar a ver la maravillosa Madrugá de Sevilla. No pasa nada. Cuando le levanté me enganché al final de la celebración y me lo pasé de lo lindo viendo las horas finales.

Por la tarde no podía dejar de ver los Santos Oficios en el Vaticano y por supuesto mi highlight de estos días: el Via Crucis. No se lo voy a negar, alguna lagrimita he soltado este año al verlo. No solo me llenó de congoja el ver esa Plaza de San Pedro vacía. La "temática" que había escogido este año el Papa era para echarse a llorar: desde que comenzó su papado, Francisco visita una cárcel cercana a Roma en Semana Santa. Pero esta vez debió echar mano de un dicho de otra religión por aquello de "si **** no va a la montaña, la montaña irá a ****" (perdonen los asteriscos, es por evitar "visitas" del algoritmo). Total, que en el Via Crucis las meditaciones de las estaciones las habían escrito convictos, víctimas de delitos y personal que trabaja con presos. Todos los testimonios ponían los pelos de punta. El cambio de recorrido por hacerse en la Plaza en lugar de en el Coliseo creo que estuvo bien resuelto, fue de una elegancia sobria. En cualquier caso, un Via Crucis más triste de lo que es ya de por sí.

Debe ser que aún todo esto me sabía a poco y después me enganché a la retransmisión de una Semana Santa en Valladolid de hace unos años.

Sábado Santo: Las fuerzas me iban fallando, pero había que hacer un último esfuerzo. Así que cargué mis venas de café y té para darlo todo viendo la Vigilia Pascual desde el Vaticano primero y la de la Catedral de Toledo después.

La falta de acontecimientos religiosos por la tarde me llevó a hacer una reflexión de la que les hago partícipes porque necesito respuestas: ¿por qué en Semana Santa se emiten títulos como "Los diez mandamientos", "Rey David", "Sodoma y Gomorra"...? ¡Si Jesús no aparece en ellos ni por asomo! ¡Por amor de Dios si han echado hasta los "Gremlins"! ¡Un clásico de Navidad! Intolerable.
(Otra divagación de confinamiento).

Y así nos hemos plantado a unos minutos del grand finale: la bendición Urbe et Orbi desde el Vaticano en el Domingo de Resurrección. Con ello finalizará esta Semana Santa 2020. No quiero finalizar este post sin expresar mi cariño y ánimo a todas las personas que se han quedado sin vivir en directo sus ritos y procesiones y dar las gracias a todas las personas que me han mandado mensajes, imágenes, noticias, enlaces... para que no me perdiera nada.

Con uno de estos enlaces recibidos quiero terminar mi relato por todo lo alto: el "Oh Jerusalem" interpretado por la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de Zamora:




Bendiciones. 


domingo, 5 de abril de 2020

La Semana Santa sin Semana Santa (preparativos)



Bueno, bueno, bueno... Qué angustia recorrió mis venas cuando se aproximaba esta Semana Santa y vi que una por una caían las celebraciones relacionadas con ella. Definitivamente este año se anularon  todas las manifestaciones que congregaran a más de una persona. Adiós Semana Santa tal y como la conocía hasta ahora. ¿Qué me quedo sin ver a mis legionarios alzando el Cristo de la Buena Muerte? No way!

Qué congoja. Qué desasosiego. Pensar que no voy a gozar de mis horas y horas y horas de procesiones retransmitidas por la tele. Misas, bendiciones (buenas noches), documentales sobre las celebraciones en estas festividades en las distintas ciudades y pueblos de España y around the world. No podía parar de pensar en esos costaleros, hermanos mayores, mayordomos, cofrades, camareras, vestidores... de las cofradías. Todo el año esperando estas fechas y todas sus ilusiones al traste por un bicho que no podemos ver más que con un microscopio electrónico. Me pongo en su lugar y pienso en cómo me sentiría si se anulara la Navidad por el mismo motivo (por favor que se solucione esto antes porque si no... Es que no quiero ni pensarlo). Empatía y solidaridad total con todos ellos.

Lo sé, lo sé... Estas celebraciones son un sentimiento íntimo ligado a las creencias de cada persona. No hace falta sacar el palio de turno para sentir la muerte y resurrección de Cristo. Pero los ritos son una parte esencial de cualquier religión, digo yo, y hay mucha gente esperando estas fechas para venerar de forma especial a su Virgen o Cristo favorito.

Pero una luz de esperanza (como la de Triana) se atisbó en el horizonte cuando escuché que en una cadena pública iban a echar las procesiones ¡del 2018! ¡Bravo! ¡Eso es en lo que quiero que se empleen mis impuestos, sí señor! Como en 2019 llovió lo que no está escrito en casi todo el territorio patrio y no salió ni media procesión y la que salió dio una vuelta a la manzana y de nuevo a la iglesia, pues echan mano del año anterior que gracias a la benévola climatología quedó la cuestión más lucida.

Porque bien mirado... si las procesiones son las mismas y hacen siempre del mismo recorrido... Comprendo que para los implicados en su organización y desarrollo y para los devotos que desean ver el paso, o incluso cantarle, cada año es una emoción nueva pero para una espectadora aficionada como yo...

Pero... además de ser las procesiones enlatadas la luz al final del túnel, unos buenos amigos me recomendaron la solución definitiva a mis cuitas, el paño en el que enjuagar mis lágrimas, la epifanía de la realidad última, la plataforma total: Ni Netflix, ni Amazon, ni Movistar ni leches: Neflicofrades.

Esta maravillosa web es un servicio a la carta de vídeos cofrades. Magnífico el trabajo de recopilación realizado por sus creadores. Puedes acceder a las mejores escenas grabadas en Semana Santa desde 1992. Su esfuerzo lleva limpiar las cintas recopiladas y ofrecerlas en una calidad óptima. ¡Ojo! Que hasta puedes regalar suscripciones semestrales y anuales a través de sus tarjetas regalo. ¡Magnífico! ¡Familia y amigos, no digo nada, pero tomad nota para mi santo y cumpleaños! ¡Ya no hay esa odiosa excusa de "no sé qué regalarte"! ¿No me creen? Pues ahí les dejo el enlace: https://neflicofrades.es/inicio/.

En fin... que afronto el comienzo de la extrañísima Semana Santa 2020 con cierta ilusión de normalidad. Les dejo por ahora, voy a ver qué se han inventado o de qué han echado mano en la tele para retransmitir no sé el qué del Domingo de Ramos. ¡Qué emoción!

La semana que viene más.
No dejen de preparar torrijas y el potaje de turno.

sábado, 4 de abril de 2020

¡A la rica receta! Fideos de arroz con col y setas



¡Qué fácil y rico plato apto para veganos! En estos días en los que a todo el mundo (afortunadamente) le ha dado por ponerse a cocinar, esta receta es una buena forma de practicar y hacer un manjar que reconforta y alimenta. ¿Qué contiene y cómo se prepara? Veamos:

  • Ingredientes:
- Fideos de arroz
- Col
- Setas (al menos de tres tipos)
- Cebolla
- Ajo
- Vino tinto o jerez
- Salsa de soja
- Aceite de oliva virgen extra
- Semillas de sésamo (optativas)

  • Preparación:
- Picar el ajo y la cebolla y rehogar en un poco de aceite hasta que la cebolla esté transparente.
- Colocar los fideos en un recipiente y verter agua hirviendo hasta que los cubra. Esperar 10 minutos.
- Rehogar las setas.
- Cortar la col en juliana y añadir a las setas. Cocinar hasta que esté blanda.
- Una vez pasados los 10 minutos, escurrir los fideos y añadir al guiso.
- Añadir el vino (o el jerez) y la salsa de soja al gusto y cocinar revolviendo sin parar durante 5 minutos.
- Servir. Como sugerencia de presentación se pueden espolvorear por encima semillas de sésamo previamente tostadas en una sartén. Es un magnífico plus.


¡Buen apetito!