viernes, 6 de julio de 2018

Bullet Journal: Orden y concierto




Mi vida es un excel, lo reconozco. Soy una obsesa de la organización, de clasificar tareas, planificar, no dejar nada al azar. Y no me limito a pasarme la vida haciendo listas de tareas, es que además las llevo a cabo. Reconozco que la flexibilidad no es lo mío. Me lo estoy mirando...

He sido de agenda de papel de toda la vida. Donde estuviera un dietario, un calendario de pared (el Zaragozano, a ser posible), que se quitara todo. Como se podrá imaginar, no me bastaba con una, he llegado a llevar tres y hasta cuatro agendas en el mismo año según lo que necesitara organizar. Las agendas electrónicas no me convencían, me hacía falta un bolígrafo, unos marcadores fluorescentes, unos rotuladores... para recopilar todos los eventos, cumpleaños, obligaciones, tareas y acontecimientos varios que pudieran surgir en el año en curso.

No es difícil pensar que coordinar tanto diario era harto complicado y poco operativo. Hasta que aparecieron en mi vida dos palabras mágicas que solucionaron todas mis tribulaciones: bullet journal. ¿De qué se trata?

El bullet journal fue creado por Ryder Carroll, un diseñador de productos digitales, ¡qué ironía! (http://bulletjournal.com/). La filosofía del método se basa en que la agenda se adapte a la necesidad de cada uno, no que tú te adaptes a la agenda de turno. Todo lo que necesitas es un bolígrafo y un cuaderno.

Primero numeras las páginas de tu cuaderno, luego creas un índice donde irás apuntando en qué página está cada anotación que hagas.Tras el índice, lo normal es comenzar con un "registro futuro", esto es, un calendario donde se apuntan todos los acontecimientos, tareas, cualquier cosa que necesite programarse con meses de antelación. Es una vista general del año, que se suele completar con registros mensuales. Y tras ello, ya entramos en el registro diario donde se anotan las tareas, eventos, notas, ideas... que correspondan a cada día. En el bullet journal es habitual el uso de símbolos para representar los distintos elementos, por lo que es conveniente añadir una leyenda con el significado de cada símbolo:


Registro anual


Registro semanal


Leyenda


Insisto, cada uno dibuja los símbolos y se organiza como quiere; puedes prescindir del índice, puede que te venga mejor usar sólo una organización por semanas y pasar de la anual...

¿Y el cuaderno a usar? Tu favorito, así de sencillo. Las únicas pautas que nos da el método es que no sea demasiado grande para que te resulte cómodo llevarlo a todos los lados, pero no demasiado pequeño porque entonces apenas podrías apuntar la información. ¡Ah, importante! todo debe ser escrito con un sólo bolígrafo. Esa es la ortodoxia del bullet journal...

Desde esta sencilla base, el bullet journal fue transformado hasta límites insospechados por las usuarias. Porque sí, hemos sido las mujeres las que hemos adoptado el método como nuestro y lo hemos corregido, aumentado, edulcorado y enrevesado, haciendo resucitar la industria de la papelería de un letargo y agonía al que le condenaban los teléfonos inteligentes, las tabletas y portátiles varios. Que los árboles nos perdonen.

¿Un cuaderno cualquiera? ¡Qué va! En los múltiples vídeos de usuarias y divulgadoras del método, verás las defensas a ultranza de las Moleskine versus las Leuchturm y viceversa. ¡Y no olvidemos las agendas Charuca! Eso si la vlogger en cuestión no tiene incluso su propia línea de agendas. Las colecciones se han ampliado hasta límites insospechados porque pueden ser de películas, libros, series... vistas o por ver, lugares donde ir, items necesarios para organizar un viaje... Listados mensuales con una frase de agradecimiento al día por el motivo más peregrino (o su variante con un pensamiento positivo al día), y trackers (cuadrículas de seguimiento) donde se marca día a día si has hecho ejercicio, si has dormido bien, los vasos de agua que has tomado al día, cuándo has hecho la limpieza de la casa... y así hasta todas las opciones infinitas que se le puedan plantear a un ser humano:


Tracker

Por si no te acuerdas de cuánto has bebido al día

¿Y lo del un solo boli? ¡De ninguna manera! Bolígrafos de todos tipos y colores, acuarelables, rotuladores con punta de pincel (¡los de la dichosa marca Tombow! ¡Les tengo manía! Básicamente porque estoy lejos de tener el poder adquisitivo para poder permitírmelos). Aún recuerdo la envidia mala que me daba cada vez que veía un tutorial donde se usaban los marcadores de Stabilo con los colores pastel, hasta que encontré una oferta y me los compré:

Los Stabilos de la discordia

Pero, por si todo esto fuera poco, el personal es muy artista y tú no veas las preciosidades de portadas, dibujos y diseños que añaden a lo largo de las páginas. Lo cual añade a la larga lista de materiales para el bullet, los sellos, las tintas, más acuarelas, más rotuladores, plantillas... ¡y las cintas washi tape! Son como el celo de toda la vida, pero con decoraciones estilo papel de envolver. Vamos, que volvió mi dicotomía entre el deseo de consumir lo menos posible, reciclando el material de papelería del que ya disponía, y las ganas de acumular todo tipo de elementos decorativos (¡la ruina!):


Mi humilde colección de washi tapes

Qué arte I

Qué arte II



Reconozco que al comenzar mi primer bullet journal me dejé llevar por la vorágine de la decoración, dado que el afán organizador ya lo llevaba de serie. Hice mi portada del año, de cada mes, venga a pintar banderolas y pegar todo tipo de pegatinas, washi tapes, decoraciones varias... También elaboré un montón de colecciones de libros, discos, películas, series, ideas para regalos de cumpleaños, recetas... Tras hacer balance el primer año de uso, me di cuenta de que llevar una libreta no me resultaba útil porque no sabía calcular bien las páginas que me iba a ocupar cada sección, sobre todo las colecciones, con lo cual tuve que adaptar el método. También me era imposible dedicar el tiempo necesario para la decoración del bullet, así que he optado por un método "mixto": he recuperado la agenda de anillas de toda la vida con su correspondiente recambio, anotando en el planificador anual los acontecimientos más destacados, y el resto de anotaciones en las hojas de la agenda a día vista.  Posteriormente he integrado las colecciones que me resultaron más útiles en hojas extra que voy añadiendo, con lo cual, sigo manteniendo mis listas de libros, pelis, ideas varias... y necrológicas. A mi bullet journal que no le falte mi toque gótico.

PD.- No quiero dejar pasar la oportunidad de recomendaros el libro que ilustra el comienzo de esta entrada: "Diario bullet la guía" de Christine Hug. Lleno de explicaciones sencillas y ejemplos para organizar tu bullet journal acompañado de un cuaderno en blanco de gran calidad para darle ese uso.

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