viernes, 20 de julio de 2018

Luces, cámaras, músculos, y... ¡acción!

"Que te voy, que te voy, que te voy a dar" (Seguridad Social)

Me ha sorprendido el giro al pasado que han dado las películas de acción últimamente. Después de unos años en los que se había elevado el nivel de las cintas de este género, se ha vuelto al protagonista cachas luciéndose en un argumento tan simplón como efectista. Y diálogo... mejor poquito. Tras joyas como "El caballero oscuro" y "Origen" de Christopher Nolan, los "Kill Bill" de Tarantino o las últimas entregas de James Bond, llenas de complejidad y sofisticación, de repente nos topamos con "actores" como Dwight Johnson, alias "The Rock", estrenando una "joyita" detrás de otra. Que Dios le bendiga.

Dejo fuera de este género a todas las películas basadas en cómics porque considero que son uno aparte. ¡Ojo! Que a mí me encanta aparcar el cerebro de vez en cuando y disfrutar al 100% de este tipo películas de entretenimiento puro y duro sin ruborizarme lo más mínimo.

En otro ejercicio más de nostalgia, he recordado las películas que nos entretuvieron en los 80 y 90. Algún día confesaré porqué tardé tanto en disfrutar de ellas.

No están todos los que son, pero son todos los que están...



John Matrix: No sin mi hija
Aún tengo dudas de si esta película no se concibió como una comedia con muchos tiros. Eso sí, con un sentido del humor de lo más chusco. Resumo el argumento: "Chuache" es un militar retirado (John Matrix, ejem, ejem) que vive aislado en las montañas con su niña. Sus antiguos compañeros están siendo asesinados. Le ponen para protegerle dos guardias armados, pero los malos logran matarlos y secuestrar a la Jenny (su hija). Matrix descubre que Bennet, un antiguo compañero que todos han dado por muerto, es el jefe de los malvados. Ha secuestrado a la niña de John para forzarle a colaborar con un señor de la guerra y ex-dictador de un ficticio estado sudamericano en el asesinato del presidente del país.

Aquí empieza el festival de persecuciones, tiros, bombas, piruetas y chascarrillos que pueblan la historia. Nunca se ha matado a más gente con menos medios.



"El crimen es una enfermedad... él es el remedio"
Injustamente infravalorada. Es el personaje más ignorado de Stallone pero con el que me lo pasé bomba. Defensor de los derechos de las víctimas de atracos, robos y demás atropellos, Marion Cobretti (sí, Marion, como el verdadero y femenino nombre de John Wayne) tiene que proteger a la maravillosa Brigitte Nielsen, su señora esposa en aquel momento en la vida real. ¿Y por qué la protege? Porque es el único testigo de uno de los crímenes de "El carnicero nocturno", miembro de una secta criminal llamada Nuevo Orden que desea conseguir un mundo dominado por los más fuertes eliminando a los débiles. Madre del amor hermoso.

Por cierto, el mensaje del cartel, "El brazo fuerte de la ley", está claro a quien inspiró para su personaje emblemático...



Van Damme por partida doble. ¿Hay quien dé más?
Sinopsis: Dos hermanos gemelos son separados al nacer porque sus padres fueron asesinados por  la mafia china. Veinticinco años después Chad, que ha sido educado en Los Ángeles y es instructor de artes marciales y fitness, se reencuentra con Alex, el gemelo malote, que se crió en Hong Kong y se dedica al contrabando para sobrevivir. Los dos hermanos no se conocen pero al reencontrarse después de tantos años buscaran vengar la muerte de sus padres.

El único mérito de este largometraje, que ganó sus buenas perras, es que los fans teníamos Juan Claudio por partida doble. Y con eso basta.



Ay mi Manolo
En mi memoria esta película está indefectiblemente unida a Manolo Escobar. Fuimos a verla una de mis hermanas y yo a un cine de Benidorm estando de vacaciones y cuando accedimos a la sala nos topamos de bruces con el gran Manolo saliendo del pase anterior con su mujer, Anita. Él nos deslumbró con esa sonrisa tan típica suya al ver la cara de ilusión de dos chavalas al reconocerlo. Jamás nos perdonaremos el no haberle pedido un autógrafo.

¿La película? ¡Ah sí! Entretenida. Stallone y Russell son dos policías ejemplares que han metido a un montón de chungos importantes en la cárcel. Alguien les tiende una trampa para acabar con su reputación y terminan... ¿dónde? Lo habéis adivinado, en la misma cárcel donde están los mafias que habían detenido. A partir de ahí...



Unos cuantos mazaos contra la bicha del espacio exterior
Mi festival favorito de bíceps. Baste esta imagen:


No tengo nada más que añadir a este cordial saludo entre Carl Weathers (Apollo Creed en la saga de Rocky) y el amigo Arnie. Hasta el bicho malo (el depredador) estaba cuadrado. Unas cuantas veces pasé por taquilla para ver a esa colección de mazas (¡ese Sonny Landham!) y gozar con las desventuras de estos soldados enviados a la selva en una misión que no era lo que parecía en un principio.



¡Qué viva Italia!
Otra cosa no, pero en las películas de Mario Girotti, más conocido como Terence Hill, y Carlo Pedersoli, alias Bud Spencer, mamporros, coscorrones y bofetadas con la mano abierta haberlas las había. Esta es la película de los dos italianos con la que más me he reído. Rodada en 1974, es muy anterior al resto de las incluidas en esta lista pero merecía un hueco entre ellas. El argumento no hay por dónde cogerlo: Kid y Ben, amigos pero rivales, participan en una carrera de coches cuyo premio es un estupendo minibólido rojo. Después de innumerables peripecias, ambos llegan juntos a la meta, por lo que el premio les pertenece a los dos. Kid propone que se lo jueguen a "cervezas y salchichas". Pero no tienen tiempo ni de decidir cómo hacerlo, ya que una banda de gángsters destroza el cochecito. Los dos se unen entonces sedientos de venganza.

A destacar la persecución en el descampado que entonces era el terreno adyacente al Vicente Calderón y el momento en el que se ve a Bud Spencer cantando en un coro dirigido nada más y nada menos que por Emilio Laguna. Hay vídeo de esta escena en Youtube pero no tengo valor para enlazarlo. ¿O sí? Son siete minutos. Ustedes mismos:


Para terminar con un par de anécdotas del reparto, el malo de la peli es nada más y nada menos que Donald Pleasence y hay un papel para el entrañable Luis Barbero.




Que no estaban muertos, que estaban de parranda
Madre mía, cómo salí del cine cuando fui al estreno de esta película. Sólo quería imitar a Dolph Lundgren en mi escena favorita: tres patadas seguidas por encima de su cabeza sin bajar la pierna. ¡Qué peliculón! El sueco y el belga son dos soldados en Vietnam que mueren de mala manera y sus cadáveres son reanimados con técnicas poco éticas para convertirse en "unisoles", soldados perfectos inmunes al cansancio o al dolor. Pero, ¡ay amigos!, en un momento dado del infame experimento, nuestros protagonistas empiezan a cortocircuitarse y recuperan las personalidades que tenían cuando estaban vivos. Infumable.

¿Qué más da? Es una oportunidad fantástica para lucir el culito de Van Damme, que no tiene problema en despelotarse para mostrar su currada anatomía en distintas ocasiones.

La inquina que se tienen los dos personajes tengo entendido que no fue muy fingida puesto que Dolph y Jean Claude tampoco se podían ver mucho en la vida real.




"Si yo puedo cambiar, y vosotros también, todos pueden cambiar"
Lo más. Mi favorita. Y no sólo mía. Una de mis hermanas se sabe los diálogos de memoria y te los recita a poco que le insistas:



Es el videoclip más largo de la historia. ¿Alguien lo duda? Desde el minuto uno las canciones están presentes a cada escena, ¡¡¡hasta el mismísimo James Brown actúa en el combate de Apollo Creed contra Iván Drago!!! ¿Y qué me decís de la escena cuando se compara el entrenamiento de Rocky en medio de la estepa con el de Drago dentro de un ultra sofisticado gimnasio con dopaje incluido? Sobran las palabras. Todos a gozarlo:


¡¡¡NO HAY DOLOR!!! ¡¡¡NO HAY DOLOR!!!

2 comentarios:

  1. Ya no se hacen películas como ésas!! ni siquiera el 3D ha conseguido "involucrarte" en la película como lo hacían las de los 80. Todos moríamos con apolo Creep, Todos decíamos: "Rocky, vas a conseguirlo". "¡TODOS CAMBIAMOS CON ÉL!". Todos ibamos juntos a salvar a la pequeña embrujada con Arnold, todos ayudábamos a salvar al pequeño John Connor y queríamos ser Sarah Connor. ¿por qué no se ha nombrado esa peli? Es la segunda mejor de la historia...
    En fin, siempre nos queda el recuerdo melancólico de aquellos maravillosos años de músculos plasmado en los grandes MERCENARIOS, que si nosotros echamos de menos esas pelis, ellos ni te cuento. Aunque ya nada volverá a ser lo mismo sin Apolo Creep. Todos dejamos de sentir las piernas....

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  2. Absolutamente de acuerdo con que los dos primeros Terminators fueron lo más. Tanto que, en el reto que me lanzó Blanca en Facebook de las 10 películas que más me han influido, la número uno, publicada hoy, es Terminator 2.

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