sábado, 11 de mayo de 2019

Con mis propias manos


No podía dejar pasar un año más. Siempre me ha encantado la labor de los artesanos, entendiendo como tales no sólo los profesionales que venden las obras hechas con sus propias manos, sino también las personas aficionadas a la costura, el punto, el lettering, la cerámica o el scrapbooking.

En una era en la que parece que sólo lo tecnológico, digital o virtual tiene valor, me di cuenta de que lo que realmente me gustaba y en lo que prefería gastar mi escaso tiempo libre era en actividades que podía realizar con mis propias manos y que me reportaban resultados tangibles. Empecé cocinando, y sigo en ello, porque me encanta el proceso completo que comienza escogiendo los mejores productos en el mercado, realizando la receta en la que se les saque el mejor partido y disfrutando del placer de comer el resultado final. Y si encima ofreces tus viandas a otras personas y disfrutan comiéndolas, ni te cuento la alegría que da. Ya lo dice el maestro Arguiñano: "¿Hay algo más reconfortante que dar de comer a la gente en tu casa?" 

Pero hay otro terreno que también quería explorar. Si la necesidad de comer ya está cubierta, vamos a interesarnos por la del vestir. Y para ello quería empezar con una de las actividades que más me gustan y que, a priori, me parecía más asequible: tejer. Ya me meteré en el mundo de las telas, los patrones y la máquina de coser más adelante (todo a su tiempo), pero de momento he comenzado con labores muy básicas para aprender a manejarme con las lanas, las agujas y los ganchillos. Gracias a canales como Esperanza y Ana Celia Rosas, el Príncipe del Crochet, Blue Bubalú o Tallermanual Perú, he comenzado a darle al punto con trabajos sencillos, muchos de ellos ornamentales, que me sirven para ir aprendiendo y poder hacer trabajos más complejos en un futuro. 

Mi primera ballena

He de tener paciencia porque el Señor me dio dos pies izquierdos en lugar de manos, así que, aunque salgan los primeros trabajos con mil imperfecciones, poco a poco voy consiguiendo dominar el noble arte del tejer con mucho entusiasmo y ánimo. Es más, no sólo no me desaliento cuando las cosas no salen tal y como esperaba sino que, además, esta nueva actividad me ayuda a relajarme y a buscar soluciones para resolver los problemas que surgen cuando quiero llevar a cabo la idea de un proyecto que tengo en  mente. 

Aunque haya salido un poco torcida, sirve para meter cosas

En esta nueva sección del blog iré subiendo las manualidades que vaya realizando. Afán y empeño no me faltan.


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