viernes, 29 de julio de 2022

Debussy: No te pido que me lo mejores. Iguálamelo

 

Me parto de la risa cuando alguien todavía se cree que las estrellas del Rock inventaron la vida de desenfreno y "rebeldía". Para "Rock n' Roll Stars", los compositores de música clásica: movidas y trifulcas en conciertos, hordas de fans enfebrecidos y haters enfurecidos, que si "sujétame el cubata" que ese me lo va a decir en la calle, cambio de parejas como de camisa, adicciones, vicios varios... Todo esto y mucho más ya lo inventaron los compositores y músicos que hoy en día son respetadísmos, casi intocables... Y en esta entrada me propongo demostrarlo con la biografía de un compositor que, si viviera hoy, sería carne de cañón de las redes sociales y de horas y horas de televisión basura, encargándose él mismo de echar más leña al fuego a golpe de tweet. Jevis, raperos, twiteros agazapados bajo perfiles falsos, damas y caballeros en general, les presento a Claude Debussy.

(En esta entrada no vamos a abordar su creación musical más que lo imprescindible para explicar ciertos acontecimientos de su vida).

Achille Claude Debussy nació en  Saint-Germain-en-Laye el 22 de agosto de 1862. Fue uno de los compositores más influyentes de finales del siglo XIX y principios del XX y se consideró el primer compositor impresionista, aunque él rechazaba categóricamente el término (ya empezamos mal, Claude).

Nacido en una familia pequeño burguesa e interesada en la cultura lo justito, con diez años mostró suficiente talento musical para ser admitido en el Conservatorio de París, ahí es ná. Inicialmente estudió piano, pero prefirió la composición de vanguardia, a pesar de la desaprobación de los conservadores profesores de la institución. Le llevó muchos años desarrollar su estilo musical. Eso sí, se saltaba las clases cuando le daba la gana. Todo el mundo le criticaba su superficialidad y se conocía su gusto por el lujo.

Ahondó en sociedades católicas sectarias como la Orden Cabalística de la Rosacruz y la Orden de la Rosacruz Católica del Templo y del Grial. Pero no parece que sea cierto que Debussy ejerciera de trigésimo tercer gran maestre del Priorato de Sion que, según una leyenda "fake", custodiaba el secreto del propio Grial.

Influído por la música rusa y la del lejano oriente, fue objeto de burlas y desacreditado por los "popes musicales" de la época que decidían lo que valía y lo que no. Estos jueces estilo Got Talent, dijeron que su música era "extraña, incomprensible e inejecutable".

De lo que les sirvió... No sabían con quien se topaban. 

Cuidaíto conmigo
(Are you talking to me?)

A finales de 1880, mientras continuaba sus estudios en el Conservatorio, fue contratado como acompañante para las clases de canto de Marie Moreau-Sainti, trabajo que desempeñó durante cuatro años. Allí conoció a Marie Vasnier, esposa de Henri Vasnier, un funcionario prominente, y mucho más joven que su marido (aquí empieza el salseo). Debussy se sintió fuertemente atraído por ella y pronto se convirtió en su amante y musa: compuso 27 canciones dedicadas a ella durante sus siete años de relación. No está claro si Vasnier se contentaba con tolerar la aventura de su esposa con el joven estudiante o simplemente no lo sabía, pero mantuvo una excelente relación con Debussy y animó al compositor en su carrera. Eso son cuernos bien llevados.

Este incansable conquistador inició en 1890 una relación con Gabrielle (Gaby) Dupont, hija de un sastre de Lisieux y en julio de 1893 empezaron a vivir juntos (¡amancebados! ¡Qué escándalo!)

Mientras vivía con Gaby tuvo una aventura con la cantante Thérèse Roger, y en 1894 anunció su compromiso. Este compromiso se canceló. Su conducta fue muy criticada; circularon cartas anónimas denunciando su trato a ambas mujeres, así como su irresponsabilidad financiera y sus deudas.

Continuamos para bingo: en 1899 se casó con Marie-Rosalie Texier, conocida como "Lilly". Amenazó con suicidarse si ella lo rechazaba (exagerado pa tó).​ Era una mujer cariñosa, práctica, directa y muy querida por los amigos y compañeros del compositor, pero él se sentía cada vez más irritado por considerarla "cortica" y por su falta de sensibilidad musical. 

Pero ojo, que en 1903 se lió con Emma Bardac, esposa de un importante banquero parisino. Se la presentó su hijo, Raoul Bardac, uno de alumnos asistentes a las clases de Debussy. Emma era una mujer sofisticada, brillante conversadora, consumada cantante y, evidentemente, le importaba muy poquito la fidelidad conyugal. A Lilly la mandó a la casa paterna de ella (vamos, que se la empaquetó sin mayor miramiento a su suegro). En 1904 viajó con Emma de incógnito a Jersey y luego a Normandía y tuvo los santos h*****s de escribir a su esposa diciéndole que su matrimonio se había terminado. El 14 de octubre de 1904, cinco días antes del quinto aniversario de su boda, Lilly Debussy intentó suicidarse, disparándose en el pecho con un revólver. Sobrevivió, aunque la bala permaneció alojada entre sus vértebras por el resto de su vida.​ El escándalo que se produjo a continuación hizo que la familia de Bardac la repudiara y Debussy perdió a muchos buenos amigos. Y, a todo esto, Emma se quedó embarazada y, como en París ya no podían estar ante la hostilidad de amigos y extraños por toda la movida, se fueron a Inglaterra.

Entre tanto lío de faldas, en 1900, el amigo Claude comenzó a asistir a las reuniones de Les Apaches ("Los Vándalos"), un grupo informal de jóvenes artistas, poetas, críticos y músicos innovadores que habían adoptado su nombre como representantes de su condición de "marginados artísticos". Hombre, muy marginados no serían si en sus filas estaban Maurice Ravel, Ricardo Viñes, Ígor Stravinski o Manuel de Falla.

Atiende mi look playero

Seguimos. En octubre de 1905 nació la única hija de Debussy, Claude-Emma (no se mataron pensando el nombre, no). Venga, un spoiler (triste, además): la chiquilla apenas sobrevivió a su padre un año, pues falleció durante la epidemia de difteria de 1919. Eso sí, Claude y Emma se casaron en 1908 y así siguieron hasta la muerte del compositor por un cancer colorrectal, el 25 de marzo de 1918.

Hasta su entierro tuvo que ser peculiar: París estaba siendo bombardeada por aviones alemanes (Primera Guerra Mundial)  y esto no permitió el honor de un funeral público con ceremonias ante su tumba. El cortejo fúnebre recorrió calles desiertas hasta llegar a una tumba temporal en el cementerio del Père Lachaises, en plenos ataques aéreos. Sus restos mortales fueron trasladados al año siguiente al pequeño cementerio de Passy, situado detrás de los Jardines del Trocadero, cumpliendo su deseo de descansar "entre los árboles y los pájaros". Su esposa y su hija están enterradas junto a él.

Y, tras este resumen de su intensa vida sentimental, vamos a la parte "hater" de Claude Debussy, que la tuvo y mucha. Bajo el seudónimo de "Monsieur Croche", escribió artículos expresando su opinión sobre diversos compositores con lindezas como estas:

- "Odio el sentimentalismo - su nombre es Camille Saint-Saën".

-  "Un desconocido la tomaría por una estación de tren y, una vez dentro, la confundiría con un baño turco" (Opinión nada menos que sobre la Ópera de París).

- "Nikisch es un virtuoso único, hasta el punto de que su virtuosismo parece hacerle olvidar las exigencias del buen gusto" ("Considerada" opinión sobre el director de orquesta Arthur Nikisch).

- "Querido Stravinsky, ¡es usted un gran artista! ¡Sea, con todas sus fuerzas, un gran artista ruso! ¡Es tan hermoso ser uno de su país, estar apegado a su tierra como el más humilde de los campesinos!" (Mensaje con retranca y mucha mala leche para el susodicho Stravinsky).

- "Antes que escuchar la Pastoral, prefiero ir a pasear al campo." (Hablaba de Beethoven)

- "Es el compositor preferido de las costureras." (En este caso la víctima era Massenet)

- "Ver vikingos con cuernos, pieles y lanzas vociferar en escena seis horas." (Recadito para ti, Wagner)

- "Los miasmas austro-boches están extendiéndose por el arte. Habrá que matar a este microbio de la falsa grandeza, de la fealdad organizada." (Preciosas palabras para Strauss y Schoenberg).

"Aprender a posar Kortajarena" (Claude dixit)

Y dejamos para el final su "considerada" opinión sobre su propio público: "Su expresión casi narcótica de aburrimiento, indiferencia e incluso estupidez". ¡Así se gana al personal! ¡Sí señor! Una vez más... Kaka de Luxe no inventó nada con aquello de "Qué público más tonto tengo". No es de extrañar entonces que pensara: "La música debería haber sido realmente una ciencia hermética, conservada en textos con una interpretación tan extensa y difícil que habría desanimado a buen seguro a todo ese tropel de gente que se sirve de ella con la ligereza con que se sirven de un pañuelo. O, y además, en vez de buscar difundir el arte entre el público, propongo la fundación de una 'Sociedad de esoterismo musical'”. 

Con toda la información que les he proporcionado, les remito al título de esta entrada: no me lo mejores, iguálamelo... si puedes.

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