jueves, 16 de marzo de 2023

"Proyecto kétchup": A quien madruga, Cthulhu le ayuda


Me encantaría que la frase que da título a esta entrada fuera mía, pero no.

Es una de las brillantes y divertidas sentencias que se pueden encontrar en "Proyecto Kétchup" (2022), el libro de Inés Galiano que hoy nos ocupa. ¿Y de qué trata esta novela de "horror có(s)mico"? Pues de las aventuras y desventuras de la intrépida Ana García García-García, una estudiante de la Universidad de Murcia que pasa un año de intercambio en la de Tennessee. ¿Y por qué en Tennessee? Muy sencillo: porque es con la que su universidad tiene convenio. Galiano aprovecha su propia experiencia en USA para plasmarla en la novela.

Si le echamos un vistazo a la Wikipedia, podemos saber que Inés es novelista, dramaturga, directora de cine, traductora y editora. Fenomenal, porque viendo lo que me ha gustado "Proyecto Kétchup", seguiré investigando el resto de su producción.

Tentaculitos a ella...

Vamos al lío: nuestra protagonista aterriza en Jackson City y desde el minuto uno, o en este caso, desde el capítulo uno, empiezas a plantearte si le causa más desasosiego el ambiente raruno de la uni o el American Way Of Life. Está claro que en el campus pasa algo relacionado con las fuerzas del mal, pero el ambiente en esta dimensión no es mucho más tranquilizador, con esas bienvenidas tan falsamente entusiastas de compañeros de habitación/clases/hermandad.

"El jugador del palo se mira intensamente con el jugador que va vestido de tortuga durante varios minutos. Tras una señal, el jugador del palo le da un hostiazo a la bola y sale corriendo como si le persiguiera Satanás, para darse varias vueltas al campo antes de que el otro equipo haga alguna otra cosa, y tiene que acabar sin dientes arrastrándose por el suelo hasta tocar la última base con el dedo meñique. Si no llega a tiempo, gana la tortuga. O algo así".

(Definición de béisbol de Ana García García-García)

Por motivos obvios no voy a desvelar mucho más de la trama y prefiero comentar y destacar tanto la estructura del libro como algunas de las vivencias que nos traslada la voluntariosa Ana. Cada capítulo se titula como una peli de terror que todos conocemos: "American Psycho", "Poltergeist", "Jaws", "Zombieland"... y  en cada título hay una llamada con una explicación que me recordó muchísimo a las míticas "Sinopsis de cine" del gran Ángel Sanchidrián. Precisamente otro de los recursos que más me han gustado del libro son las notas a pie de página y las acotaciones en los márgenes donde Ana amplía o matiza la anécdota o concepto que nos está relatando. Porque una constante de la historia es que ella siempre está hablando con el lector, y este diálogo hace que te involucres más en la historia.

"Tortura que consiste en dislocarse el brazo y la cabeza para inmortalizar el momento". 

(Definición de selfie de Ana García García-García)

Y no se crean, que a pesar del sentido del humor que impregna toda la trama, hay momentos realmente desasosegadores y que te hacen mirar a tu espalda porque te da la sensación de que estás empezando a oír los ruidos que la estudiante escucha por los pasillos de la universidad, o por si hay algún ser abisal acechando por la espalda. En estos momentos, la protagonista tira de referencias al "Mago de Oz" o "Alicia en el país de las maravillas" para relajar la tensión.

Pero lo que me ha fascinado, aparte por supuesto de esa lucha contra las fuerzas del mal que pueblan la universidad, y de las que nadie más parece darse cuenta, es que este libro empacha. Sí, literal y digestivamente hablando: cuando aborden "Proyecto Kétchup" tengan a mano bicarbonato, una infusión de manzanilla o un Alka-Seltzer porque lo van a flipar. ¿Pero qué les pasa en USA con la comida gratis? Es el auténtico leiv motiv de la trama, es lo que impulsa a todos los personajes a ir a algún sitio o hacer algo, ¡incluso todos los edificios del campus tienen nombre de comida! (Rice Hall... ¿referencia a la escritora Anne Rice?). La protagonista nos deja claro que le da un asquito tremendo la mantequilla de cacahuete con mermelada, pero con el resto de la "dieta" estadounidense tiene que tragar (nunca mejor dicho), porque allí la fruta y la verdura fresca brillan por su ausencia.

Querida Inés: ya tengo puesto un "reminder" en mi agenda para el Día de Acción de Gracias, tomarme una porción de pastel de calabaza (solo una) y un Montain Dew a tu salud. Tú me entiendes ;)

En resumidas cuentas, háganse con un ejemplar de este libro (les dejo el enlace https://bit.ly/42d9AE4), que van a pasar muy buen rato. Y piensen si prefererían toparse con un bicharraco tentacular en el sótano de su casa, o tener que descargarse la aplicación Alerta Shooter. Ahí lo dejo.

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