La pasta puede ser también de garbanzo, o la pasta tradicional de trigo, pero que aquí queremos evitar por su alto contenido en hidratos de carbono de absorción rápida.
Cierto que aceite de oliva está por las nubes (y no digamos el virgen y más si es extra), pero la cantidad a usar en esta receta es mínima y desde luego jamás recomendaremos en este blog aceites refinados como el de girasol.
Y tras esta charla gastronómica-nutricional hecha con nuestra mejor intención, vamos al lío.
Ingredientes:
- Setas de cardo (o cualquier seta que gusten)
- Pasta de lentejas
- Calabacín
- Puerro
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Laurel
- Perejil (para presentación)
- Cilantro (para presentación)
Preparación:
- Poner agua a hervir con unas hojas de laurel. Cuando llegue a ebullición, añadir la cantidad de pasta de lentejas que se desee. Una vez llegue de nuevo a hervir, cocer durante el tiempo que el fabricante indique en el paquete (en mi caso fueron cuatro minutos).
- Cuando la pasta ya esté hecha, colar, dejar enfriar y guardar hasta su uso.
- Filetear las setas y cocinarlas a la plancha con un poco de aceite de oliva y sal a fuego medio hasta que estén doradas. Apartar.
- Cortar en rodajas finas el calabacín y el puerro. Cocinarlas a la plancha con aceite de oliva y sal a fuego bajo hasta que estén transparentes. En ese momento, retirar ya del fuego.
- Para emplatar distribuir los ingredientes cocinados como más guste (todos juntos mezclados, por zonas...) y, como sugerencia de preparación, espolvorear un poco de perejil y cilantro
¡Muy rico!
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