Bueno, bueno, bueno, qué pedazo de dramón les traigo hoy. Eso sí, un dramón de nivel y con estilo, como no puede ser de otra forma en este blog.
De nuevo, nuestro admiradísimo Stefan Zweig es el protagonista de estas líneas tras haber leído su magnífica "Carta de una desconocida", publicada en 1922. Ojo, que este mismo año publicó otras cinco obras más. Este libro pertenece al género de la nouvelle, una narración breve que puede estar basada en hechos reales o ficticios, cuya trama es protagonizada por un grupo reducido de personajes y con un argumento relativamente sencillo.
¿Y de qué va esta carta que tanto nos ha gustado? Pues atención: un escritor de éxito que regresa a Viena tras muchos años de ausencia, recibe una noche un tocho de carta de veinticinco folios sin remitente. Comienza a leerla y... se encuentra con la confesión de una mujer que ha estado enamorada de él desde los trece años, cuando el escritor se mudó al piso de enfrente de donde vivía la chiquilla con su madre (pobretonas las dos).
Cómo os cautivo con mi prosa, ¿eh? |
Según la muchacha, en cuanto vio al señor este se enamoró perdidamente de él. Pero muy muy perdidamente, no cualquier cosa. Zweig, experto en sentimientos "deformes" por decirlo así, nos presenta una joven absolutamente trágica, masoquista, enfermiza, morbosa... porque ya me contarán qué es si no el que la niña esté todo el santo día mirando por la mirilla para espiar los movimientos del escritor. Incluidas sus entradas y salidas con una señora distinta cada noche, que el escritor es un pichabrava de mucho cuidado. Y no solo es que la chiquilla sea una "vieja del visillo" consumada, es que cuando no está él, coge las colillas del rellano que el muy guarro ha tirado, chupa la cerradura de su puerta, detalle muy "John Waters"... A ver... que ahí hay un problemita...
Ni que decir tiene que el escritor no le hace ni caso ni repara en ella, pero, inasequible al desaliento, la chica sigue en su empeño y, por ir resumiendo, un día ya de más mayor, consigue irse al catre con el escritor y, como en cualquier buen folletín, se queda embarazada. Él, del hijo, no sabe "na" y la chica sigue su descenso a los infiernos dedicándose a la prostitución para poder seguir adelante.
El resto de esta apasionante y enfermiza historia tienen que descubrirlo ustedes, que el libro solo tiene como unas setenta páginas, dependiendo de la edición. Obviamente, esto que parece un culebrón infame con la historia de una loca arrastrada, es otro nivel gracias al extraordinario talento de Herr Zweig. El relato no se anda con rodeos ni florituras: va directo al grano con un estilo conciso para dejarte claro qué ha sido de la vida de esta mujer que, tras tener semejante arrebato siendo una adolescente, tira por la borda toda su vida, llevándose por delante la relación con su madre, con su hijo y con todo su entorno.
Pues tras leer el libro, me picó la curiosidad de ver la versión cinematográfica que el director Max Ophüls realizó en 1948. Para qué seré yo tan curiosa...
¡Mal, muy mal! |
Max Ophüls, nacido en Alemania en 1902, se presentó en Hollywood con su mujer, su hijo y su amante, muy liberales todos ellos, con la máxima: "Adoro el pasado, me parece mucho más tranquilo que el presente e infinitamente más seguro que el futuro". Con el "presente" que se estaba desarrollando en Europa en esos años... casi cualquier sitio era más seguro.
La actriz Joan Fontaine le ayudó junto con su marido, que era el vicepresidente de la Universal, para que pudiera trabajar. Y seguramente por eso Ophüls le dio el papel protagonista en esta peli. Además el marido de Joan fue el productor de la misma.
La Fontaine: clavaíta a mi madre de joven |
¿Qué la Fontaine tenía 28 años en el momento del rodaje y tenía que interpretar a una chavala de 13? ¡Qué más da! Le plantamos dos coletas, le aplastamos el pecho y listo.
¿Qué en la novela no hay nombres y de ahí la gracia del título y el manejo sublime de esta incógnita en el libro? Pues en la peli todo Dios con nombre, que el público es tonto y no se va a enterar de la vaina si no conocemos cada nombre de los protagonistas. Emmm... solo hay unos cinco personajes pero en fin...
¿¡Y cómo vamos a poner en una peli "made in Hollywood años 40" que la protagonista se echa a las calles para ganarse el pan!? Nada, nada, la casamos con un ricacho y punto.
Y, por favor, ¿me quiere decir alguien dónde aparece un duelo en la novela? ¿Y la escena del tren en la feria? ¿Y por qué arte de birlibirloque el escritor se transforma en pianista en la peli?
Total, que la película fue un fracaso en USA y solo se valoró desde Europa, no sé muy bien el motivo la verdad. Pero, ojo, que con el tiempo fue, junto con Casablanca, la peli más veces pasada por tv en USA. La propia Joan Fontaine apenas si la nombra en su autobiografía, entre otras cosas porque no acabó muy bien con el director. Dos días antes de finalizar el rodaje Max le dijo a Joan que se estaba comportando como una estrella al viejo estilo, y la tía se piró.
Una última anécdota del rodaje: El decorado es el de la película "Sin novedad en el frente", con una recreación de "Viena" muy onírica, siempre pasada por la niebla.
Ah por cierto, el actor protagonista es Louis Jourdan. Que me perdonen, seguro que según los cánones de belleza masculina de la época, el tipo debía ser un chulazo que justificaba la obsesión de la púber, pero es que me provoca más repelús que atracción. Charles Boyer fue el primer actor en el que pensaron para protagonista. Tampoco me convence. Claro que a mí todo lo que baja de Jackman, Fassbender o Pitt... jejeje.
No me seduce ni mucho ni poco ni nada. |
En fin, que se me han quitado las ganas de ver las otras adaptaciones cinematográficas que se han hecho. Mi recomendación sin duda es el libro y si quieren adentrarse en las pelis, allá ustedes. Advertidos quedan.
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