jueves, 5 de diciembre de 2024

"Vieja Navidad": Dios bendiga a Inglaterra



Quiero empezar pidiendo perdón a Washington Irving por mi ignorancia. Así, directamente. Mira que no saber que hasta el gran Charles Dickens lo considera el padre de la Navidad moderna... Ya me vale.

Afortunadamente, nunca es tarde si la dicha es buena y por fin he leído el verdadero primer libro de la Navidad, tal y como la conocemos actualmente, "Vieja Navidad".

En este breve y delicioso relato el escritor neoyorkino, que fue embajador en España en la época de Isabel I, nos describe sus vivencias de una Navidad en Inglaterra. Irving se había "jartado" de leer libros sobre usos, costumbres y tradiciones inglesas y quería vivirlas en primera persona. Total, que ni corto ni perezoso, un diciembre que se encontraba en Yorkshire acaba en la mansión de la familia Bracebridge gozando de una típica tópica Navidad británica.

¿Típica tópica? Pues según Mr. Irving no. Me quedé picueta cuando desde las primeras páginas el hombre se queja con amargura de que las Navidades no son lo que eran ¡¡¡en 1820!!! ¿¡Cómo!? Atención a una de las primeras afirmaciones del libro:

"Lamento tener que añadir que estas tradiciones van perdiendo día a día su vigor, siendo pertinzamente erosionadas por el tiempo, y más cruelmente aún por las modas actuales."

Insisto ¡¡¡1820!!! Pues si ve las Navidades actuales se muere del pasmo.

Perdona mi ignorancia Washington

El libro está dividido en cinco capítulos: Navidad, la diligencia, Nochebuena, el día de Navidad y la cena de Navidad. En ellos nos va desgranando y describiendo el ambiente, las costumbres, el origen de ciertas tradiciones y, sobre todo, lo que disfruta el hombre de todo lo que rodea a la celebración en la familia Bracebridge. Así, nos va contando el origen del leño de Yule, el cuenco de wassail, lo del beso debajo del muérdago, protocolos de recibimientos y ofrendas a los invitados, cabeza de jabalí incluida. Todo esto con un entusiasmo propio de un fan entregado, que te contagia su alegría y buen rollo ante todo lo que está viviendo. ¡Da gusto leerlo!

En fin, que cómo no voy a recomendar encarecidamente que lo lean, si es un libro prácticamente perfecto para cualquier fan de la Navidad. Washington (perdone la confianza que me he tomado señor embajador) prometo tomarme un frumenty a su salud. ¿No saben lo que es? Pues lean, lean la maravillosa "Vieja Navidad".

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