sábado, 21 de noviembre de 2020

Cine de barrio: ¡qué míticas sesiones dobles!



¡Qué gozada recordar aquellas míticas sesiones dobles del cine de mi barrio! Un cine de reestreno, como tantos en mi ciudad, donde por un módico precio podías disfrutar en compañía de tus familiares, amigos y vecinos de joyas maestras o basuras infumables. La verdad es que echo de menos este formato, aunque también siento nostalgia por aquellas salas gigantes del centro de la ciudad donde se iba a ver los estrenos, y de las que también quedan cada vez menos.

A lo que vamos. Si ya en el momento me parecían imposibles las combinaciones de películas que proyectaban, no dejo de preguntarme aún hoy quién sería la mente enferma que escogía las sesiones porque estaba claro que, o era un sicópata o era un cachondo. Con el paso del tiempo cada vez tengo más claro que opto por la segunda opción. Si no, ¿quién se atrevería combinar Excalibur con Qué gozada de divorcio, Lady Halcón y Porky´s o Yo, Cristina F. y JR contraataca? 


Qué recuerdos más majos los que me trae
el cine de mi barrio


Claro que mi opinión no siempre fue así. La situación en aquellos primeros años 80 era la siguiente: yo era un niña "moderna" (dudo que el término "siniestra" o ni mucho menos "gótica" aún existieran) y, como buena "culturetilla", optaba por ver títulos serios y sesudos para distinguirme del resto de las niñas del cole. El caso es que recuerdo como, por ejemplo, fui a ver "Yo, Cristina F.", durísima película alemana donde se relataba la vida de Christiane Vera Felscherinow, una adolescente heroinómana que expuso sin filtros su experiencia en el libro "Los niños de la estación del zoo". Vale, lo reconozco, fui a ver la peli porque salía un momento cantando David Bowie, pero la peli me impactó tanto que, cuando terminó, me tuve que ir a casa para asimilar semejante semblanza del mundo de las drogas. 

Pero, ¿qué es lo que realmente me ha quedado de aquella tarde de jueves? (aparte de una buena lección de porqué no hay que drogarse). Pues algo que se repitió constantemente en la programación de ese cine y es lo que atesoro como recuerdo imborrable: que la peli "buena", la que quería ver la gente, la "top", la que lo petaba, era "JR contraataca", no la de los drogatas "degeneraos" alemanes. Me quedé flipada cuando salí toda compungida e impactada de la sala y me encontré el bar del cine atestado de peña atiborrándose de palomitas esperando que acabara "el coñazo alemán" para deleitarse con las gracietas de Pepe da Rosa.


Denostadisima. Quizá con razón



Pero la cosa no quedó ahí. Yo me ofendía con mucha facilidad en aquella época (qué horror lo que ocurriría décadas después con los "ofendiditos") y, recuerdo que, junto con mi mejor amiga de entonces, nos levantamos indignadas en una escena subida de tono de "Qué gozada de divorcio" y nos fuimos de la sala. Era intolerable que, tras ver una joya como "Excalibur", que era la peli mala y por eso la ponían la primera, estuviéramos viendo semejante ordinariez propia de un país currutaco. Claro que ya estábamos calentitas porque durante la exhibición de la obra maestra de John Boorman, habíamos tenido que sufrir las faltas de respeto del público asistente que manifestaba su aburrimiento comiendo ruidosamente palomitas, chocolates, caramelos y bocadillos envueltos en un papel alumínico que no terminaba de desenrollarse nunca. ¡Ah! y un señor detrás de nosotras que, transistor en mano y sonotone en la oreja, cantó un gol del Barcelona (que entonces se llamaba así y no Barça) en pleno momento cumbre de la historia del Rey Arturo. Intolerable.



Combinación imposible 
pero cierta


Pero aún nos quedarían a ambas más momentos terribles por vivir: como aquella ocasión en la que la película telonera era "Lady Halcón" y el plato fuerte "Porky´s". Después de quedar fascinadas con aquella historia de amor imposible y desear ser Michelle Pfeiffer en nuestra siguiente reencarnación, no soportamos ni diez minutos de aquella mamarrachada de adolescentes de instituto USA. ¡Pero cómo reían nuestros vecinos antes las gamberradas de aquellos salidos!


Las niñas queríamos ser como 
ella y tener un novio como él


Aunque también tuve momentos que ya me vale... En otra ocasión, mi padre me llevó a ver la enésima combinación imposible: "El padrecito" del gran Cantinflas (telonera) y "El puente sobre el río Kwait". El hombre, con su buena voluntad, lo que quería es que su hija apreciara la gran película protagonizada por Sir Alec Guinness, pero le salió el tiro por la culata (bien traído tratándose de una película bélica). Lo que pasó es que yo nunca había visto una peli de Cantinflas y me reí tantísimo con él, que lo de los ingleses y los japos me pareció un rollo infumable que no se acababa nunca. Normal, a una chiquina lo de "primero no te hago el puente ni con palillos y luego te lo hago por mis huevos toreros", pues como que no. Y menos aún después de haber acabado llorando de la risa con el genio mejicano. Claro que en otra ocasión me llevó a ver "La batalla de las Ardenas" y esta me impresionó y gustó tanto que hasta se me ha olvidado el título de la película que la precedía. 

Porque a todo esto, y aquí dejo mi reflexión final, otra cosa que con el paso del tiempo me sorprende, a la par que me encanta, es que en el cine del barrio no había el menor control de acceso por edades ni contenidos. Sí, puede que en la carátula de los exhibidores de la entrada se avisara que era una peli para mayores de 12, 16, 18 años, pero al señor que te cortaba la entrada en la puerta le daba igual 8 que 80 y dejaba pasar a todo dios a cualquier película, midieras un palmo o casi dos metros. Si no, ¿cómo es posible que nos dejaran entrar a mis hermanas y a mí a ver "Conan el Bárbaro", cuando la mayor era yo y apenas tenía 14 años? ¡Qué apuro con aquella escena casi pornográfica con la bruja serpiente! ¡Y cuánta violencia! Bueno, ¿y qué? Peor era la historia de Cristina F. y me dejaron pasar sola, que ni de un adulto iba acompañada. ¡Igual cuando fui a ver varias veces en una misma semana "El ansia"! Ni me he quedado traumatizada por los contenidos que vi en tantas películas "inadecuadas" para mi edad y, por la encuesta que he realizado, mis hermanas ni recuerdan semejante acontecimiento. 


Para menores de 15 años


Cuánta razón tiene Bret Easton Ellis en su magnífico último libro "Blanco" cuando dice que la educación libre y callejera de los niños de los 70 fue mucho mejor que la sobreprotegida de los actuales infantes. Bueno, sí, vale, esto lo dice el creador de "American Psycho". Pasémoslo por alto. Gracias a la laxitud del cine de mi barrio he visto obras maestras de la cultura con mayúsculas y de la cultura basura que, lejos de crearme un problema mental, me ha formado un criterio cinematográfico que agradezco infinito.

Me dejo en el tintero la experiencia de las sesiones matinales de los domingos. Qué maravilla ese "Inframan" que me frió el cerebro, o ese mítico pase de "Los cazafantasmas" cuando se vendieron el doble de entradas de las butacas y hubo gente sentada hasta en las escaleras de la planta superior, que no había dios que se moviera por el cine... ¿Irresponsabilidad? Sí. ¿Ganas de hacer una buena caja con el hit de hacía unos meses? Fijo. ¿Lo pasamos bien? Ténganlo por seguro.


Él sí que sabe de cine de barrio


Me quedaría con un mal sabor de boca y con la conciencia intranquila si no les hiciera una confesión final: muchos, muchos años después de todas estas experiencias, mi gusto cinematográfico cambió casi radicalmente. Muchas de las películas que denosté en mi niñez-adolescencia las terminé viendo y gocé con ellas lo que no está escrito. Y ciertas películas mucho mejor consideradas, me parecieron un ladrillo infumable cuando las volví a ver. Eso sí, me niego a reconocer de qué cintas me volví fanática y cuáles nombro solo para quedar bien en una reunión de cinéfilos. Mis labios están sellados.

Quiero agradecer a Daniel Miguel Sánchez Fernández las fotos facilitadas que pueden ver del cine de mi barrio. Por favor no dejen de visitar su magnífico blog https://cinesdemadrid.blogspot.com/. Les encantará e ilustrará sobre este tema.

¡Viva el cine de barrio!


1 comentario:

  1. Más de 30 años después, sigue siendo imposible olvidar esa mezcla Lady Halcón / porky´s. Cada vez que echan en la tele Lady Halcón, siempre espero que la siguiente película sea una de Porky´s, y viceversa....
    el cine no volvió a ser lo mismo desde que desapareció la doble sesión...

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