sábado, 31 de agosto de 2019

¡Feliz Año Nuevo!



¿Cómo? ¿Qué ustedes no celebran el año nuevo la noche del 31 de agosto al 1 de septiembre? ¡Pero si es el comienzo de todo! Ya sé que, calendario gregoriano en mano, para esta festividad quedan cuatro meses pero, piénsenlo bien, ¿cuándo se hacen realmente cambios sustanciales en nuestra vida cotidiana? En septiembre. En septiembre nos damos cuenta de que la operación bikini una vez más no sirvió de nada porque las cervecitas, vinos, copitas y tapeos varios en los chiringuitos y terracitas han dado al traste con tanto sacrificio en primavera. No sólo intentamos volver a moderar nuestra dieta si no que hay una buena avalancha de personas de buena voluntad que regresan, por unos días, a abarrotar los gimnasios. No les digo nada de la vuelta al cole. Una auténtica revolución de horarios y desembolsos económicos que devuelven a la cruda realidad a las familias con chavales en edad de estudiar.


Raphael y Rody. Pack fenomenal

En septiembre se retoma el curso político, encaramos la recta final de año y con ello hacemos los propósitos de los siguientes doce meses. Vuelve la liga (aunque cada año empieza antes), se retoman torneos como la Fórmula 1 y el mundial de motos... Y para los fanáticos como yo, el primer día del noveno mes del año es el pistoletazo de salida de los preparativos de la Navidad. ¡Qué se nos echa el tiempo encima! Por todo esto a mí me encanta celebrar el 31 de agosto como mi Nochevieja particular.


Florinda guapísima preparada para venirse a mi fiesta

Reconozcamos que celebrar el año nuevo este día es mucho más cómodo que la noche de fin de año tradicional: aunque ya se note que hay menos horas de sol, el calor acumulado en el estío hace que puedas montar una fiesta en un bar al aire libre, en la terraza de tu casa... a diferencia de esa noche del crudo invierno en la que las chicas nos ponemos unos vestiditos que apenas nos protegen del frío en esa velada. Porque, ¿se han fijado que el 31 de diciembre es una de las noches más frías del año? Al menos, por estas latitudes.


Ningún fin de año desde 1975 sin el coñac La Parra

Total, que mi fiesta del año nuevo de agosto es mucho más versátil que la de invierno porque puedo hacer la celebración que me apetezca: una fiesta hawaiana al aire libre, una de súper héroes o recrear el mundo de Willy Wonka. ¡Lo que quiera! ¡Agosto lo admite todo!


En mis celebraciones no hay etiqueta.
Puedes venir así de fresquito.

Si aún con estos argumentos irrefutables no les he convencido, quizás las sabias palabras del gran Berto Romero les ayuden a aceptar que este día es tan bueno como cualquier otro para celebrar el año nuevo:




¡¡¡Feliz añooooooooooooooo!!!

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