domingo, 5 de abril de 2020

La Semana Santa sin Semana Santa (preparativos)



Bueno, bueno, bueno... Qué angustia recorrió mis venas cuando se aproximaba esta Semana Santa y vi que una por una caían las celebraciones relacionadas con ella. Definitivamente este año se anularon  todas las manifestaciones que congregaran a más de una persona. Adiós Semana Santa tal y como la conocía hasta ahora. ¿Qué me quedo sin ver a mis legionarios alzando el Cristo de la Buena Muerte? No way!

Qué congoja. Qué desasosiego. Pensar que no voy a gozar de mis horas y horas y horas de procesiones retransmitidas por la tele. Misas, bendiciones (buenas noches), documentales sobre las celebraciones en estas festividades en las distintas ciudades y pueblos de España y around the world. No podía parar de pensar en esos costaleros, hermanos mayores, mayordomos, cofrades, camareras, vestidores... de las cofradías. Todo el año esperando estas fechas y todas sus ilusiones al traste por un bicho que no podemos ver más que con un microscopio electrónico. Me pongo en su lugar y pienso en cómo me sentiría si se anulara la Navidad por el mismo motivo (por favor que se solucione esto antes porque si no... Es que no quiero ni pensarlo). Empatía y solidaridad total con todos ellos.

Lo sé, lo sé... Estas celebraciones son un sentimiento íntimo ligado a las creencias de cada persona. No hace falta sacar el palio de turno para sentir la muerte y resurrección de Cristo. Pero los ritos son una parte esencial de cualquier religión, digo yo, y hay mucha gente esperando estas fechas para venerar de forma especial a su Virgen o Cristo favorito.

Pero una luz de esperanza (como la de Triana) se atisbó en el horizonte cuando escuché que en una cadena pública iban a echar las procesiones ¡del 2018! ¡Bravo! ¡Eso es en lo que quiero que se empleen mis impuestos, sí señor! Como en 2019 llovió lo que no está escrito en casi todo el territorio patrio y no salió ni media procesión y la que salió dio una vuelta a la manzana y de nuevo a la iglesia, pues echan mano del año anterior que gracias a la benévola climatología quedó la cuestión más lucida.

Porque bien mirado... si las procesiones son las mismas y hacen siempre del mismo recorrido... Comprendo que para los implicados en su organización y desarrollo y para los devotos que desean ver el paso, o incluso cantarle, cada año es una emoción nueva pero para una espectadora aficionada como yo...

Pero... además de ser las procesiones enlatadas la luz al final del túnel, unos buenos amigos me recomendaron la solución definitiva a mis cuitas, el paño en el que enjuagar mis lágrimas, la epifanía de la realidad última, la plataforma total: Ni Netflix, ni Amazon, ni Movistar ni leches: Neflicofrades.

Esta maravillosa web es un servicio a la carta de vídeos cofrades. Magnífico el trabajo de recopilación realizado por sus creadores. Puedes acceder a las mejores escenas grabadas en Semana Santa desde 1992. Su esfuerzo lleva limpiar las cintas recopiladas y ofrecerlas en una calidad óptima. ¡Ojo! Que hasta puedes regalar suscripciones semestrales y anuales a través de sus tarjetas regalo. ¡Magnífico! ¡Familia y amigos, no digo nada, pero tomad nota para mi santo y cumpleaños! ¡Ya no hay esa odiosa excusa de "no sé qué regalarte"! ¿No me creen? Pues ahí les dejo el enlace: https://neflicofrades.es/inicio/.

En fin... que afronto el comienzo de la extrañísima Semana Santa 2020 con cierta ilusión de normalidad. Les dejo por ahora, voy a ver qué se han inventado o de qué han echado mano en la tele para retransmitir no sé el qué del Domingo de Ramos. ¡Qué emoción!

La semana que viene más.
No dejen de preparar torrijas y el potaje de turno.

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