viernes, 2 de octubre de 2020

Pesimista defensiva y a mucha honra


¿Qué les parecen estas frases?

Nada es imposible.

Si puedes soñarlo puedes hacerlo.

Los límites están en tu cabeza.


Vomitivas, ¿verdad?


¿Y qué tal estas otras?

Aunque quieras, no puedes.

No te canses, hay cosas fuera de tu alcance.

Tienes tus límites, no los sobrepases.

No salgas de tu zona de confort.

Confórmate con lo que tienes.


¡Mucho mejor, claro que sí!

Qué hartita estoy de pensamientos positivos, frasecitas presuntamente motivadoras y filosofía barata resumida en una taza, especialmente ahora que el mundo se va al garete y esto va a ser un auténtico "sálvese quien pueda". Quiero defender el derecho de ser pesimista, ver la botella medio vacía, ser consciente de mis propios límites, no querer salir de mi zona de confort (que bastante me obliga la vida día a día a hacerlo) y, sobre todo, ser consciente de que las cosas no se hacen realidad "porque las sueñe", sino porque, tras ANALIZAR las posibilidades de llevarlas a cabo, ME ESFUERZO, TRABAJO Y LUCHO para conseguir mi objetivo. 

En esta vida, niños, nadie regala nada, nada es gratis (ya lo dice Alice Cooper en varias de sus canciones), os cuenten las milongas que os cuenten.

Y es que, no se engañen amigos, una cosa es querer superarse, tener metas para mejorar, platearse retos, cosa absolutamente loable e incluso necesaria para no acabar hecho una seta en el sillón, y otra, dejarse llevar por el negociazo de la felicidad, el "ser siempre joven y aventurero" que nos vende la publicidad  y... Es que eso es el quid de la cuestión: la "sicología positiva" ES UN NEGOCIAZO.

Quiero tener canas, quiero tener arrugas. Me parece bien que la gente se opere pero no va conmigo. Sé que no puedo ser campeona olímpica. Soy consciente de mis propios límites. ¿Por qué siempre están dando la barrila con experiencias extremas? ¡Me encantaría una invitación a salir de la zona de confort que dijera " a ver cuántos libros eres capaz de leerte en un mes" o "reto de visitar cuantos más museos mejor en un día"!

Y si entramos en el mundo "si te compras este coche, rejuveneces, vas a vivir todo tipo de locuras, te vas a llevar de calle a todos los hombres / mujeres... ". Ya te digo yo lo que vas a vivir: unos atascazos del copón como vivas en una gran ciudad y unos gastos de no te menees entre el gasto de combustible y el seguro. ¡Ah! ¿que el coche es eléctrico? ¡Muchas gracias presunto defensor de la Tierra! Sé menos "dinámico" e infórmate un poquito de lo que supone el fabricar un coche eléctrico y de dónde va a acabar la batería.

Que me parece muy bien que haya gente que consigue unas metas a priori inalcanzables. Pero, ¿cuántos fracasos hay por cada historia "de superación" que sale al final de algún telediario? 

Personas mucho más preparadas que yo, y que se explican mucho mejor, lo han plasmado en estos extraordinarios libros que recomiendo encarecidamente:

- "Felicidad tóxica. El lado oscuro del pensamiento positivo". Rafael Pardo Fernández

- "Happycracia: Cómo la ciencia y la industria de la felicidad controlan nuestras vidas". Edgar Cabanas y Eva Illouz

- "La industria de la felicidad: Cómo el gobierno y las grandes empresas nos vendieron el bienestar". William Davies.


Concluyo lanzando esta pregunta al aire: ¿y qué problema hay en que la aspiración de alguien sea acabar de seta en un sillón?




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