viernes, 15 de abril de 2022

¿Qué libros te llevarías a una isla?

Madre mía... Si ya me resultó difícil escoger los discos que me llevaría a una isla desierta, ahora me pongo a pensar sobre los libros. Igual que en el caso anterior, me decanto por doce, uno para cada mes (tampoco tengo pensado quedarme en la isla de marras mucho más, que una es completamente urbanita y experimentos camperos los justos...).

La mochila me va a pesar mucho, pero sin duda tendría que llevar todos estos:

 - "Lo que más me gustan son los monstruos" Emil Ferris (2017)


Nunca le agradeceré lo suficiente a B. Sánchez, antimonitor de Campamento Krypton, que me recomendara este libro.

Sin desvelar mucho de la trama, diremos que cuenta la historia de la niña-lobo Karen Reyes, que vive en Chicago en un entorno realmente hostil, y comienza a investigar el crimen de su vecina de arriba. A partir de ahí, la historia da un giro inesperado que nos lleva a la persecución nazi contra los judíos. Emil Ferris pasó su infancia en un barrio judío, donde escuchó alguna de las historias que aparecen en el libro.

Tengo que destacar las distintas técnicas de dibujo que emplea en esta novela gráfica. Realizado sólo con un boli Bic y un rotulador Paper Mate, el cómic simula ser un cuaderno de espiral donde la protagonista va dibujando su diario.

- "Adiós a las armas" Ernest Hemingway (1929)


Un clásico que me impactó en la adolescencia.

Hemingway fue voluntario a la Primera Guerra Mundial y trabajó como conductor de ambulancias en Italia. Allí no sólo conoció los horrores de la guerra y lo poco heroico de la misma, si no que además fue herido de gravedad en las piernas con metralla. En el hospital se enamoró de una enfermera con la que se comprometió a casarse al volver a Estados Unidos. Digamos que ella tuvo otros planes, por lo que se rompió el compromiso. Esta fue la génesis de "Adiós a las armas", novela prácticamente autobiográfica. A pesar de que podría parecer que, al basarse en su propia vida, resultaría fácil escribir la historia, el estadounidense reescribió el final 47 veces hasta que quedó satisfecho.

¿Y por qué me impresionó tanto este libro? Principalmente por el característico estilo de escritura de Hemingway: directo, con frases breves, sobrio. Es increíble como maneja el lenguaje para transmitir tanto el espanto de la contienda como la ternura de la historia de amor entre el soldado y la enfermera, pero sin caer jamás en sentimentalismos baratos.

- "Sin blanca en París y en Londres" George Orwell (1933)


Sé que si alguien recomienda o destaca obras de Orwell, nombrará antes "1984" o "Rebelión en la granja", pero a mí el primero que se me vendrá a la cabeza será este.

Considerada como su primera novela, publicada en 1933, en ella se describen las vivencias del propio Orwell cuando decidió vivir entre los pobres de ambas ciudades: cuenta sus andanzas como friegaplatos en un restaurante parisino, sus vivencias en hostales infectos, su relación con otros mendigos, el efecto del hambre a nivel físico y mental... Vamos, que ríete tú de la corriente actual del minimalismo comparada con los recursos ínfimos con los que contaban los personajes que van poblando las páginas. 

Por supuesto, dada su ideología, Orwell hace una defensa de los más desfavorecidos, dignificándolos dentro del contexto político, económico y social de la década de los treinta.


- "La sombra del ciprés es alargada" Miguel Delibes (1948)


La cantidad de libros de Delibres que leí de pequeña. Y este se me quedó grabado.

Esta fue su primera novela y cómo le salió. El propio autor no quedó muy satisfecho con el resultado pero aún así es un libro extraordinario. Digo yo que mucho bueno tendría cuando ganó el Premio Nadal de 1947.

No sé si me gustó y me impresionó tanto porque yo ya era una criatura triste de por sí o si me volví la pesimista que he sido siempre tras leerla. ¡Qué lástima de historia por dios! Pedro, un niño abulense huérfano, relata en primera persona la pena máxima que es su vida. Le cuidan de pequeño un tío y un maestro, decide hacerse marino, a ver si poniendo agua entre Ávila y él, su sino cambia (ni por esas), se enamora, le sale mal... Vamos que el diccionario en el concepto "pesimismo" debería tener un enlace directo a esta historia que tiene todos los elementos para amargarte la existencia. ¡¡¡Pero cómo lo cuenta Delibes, señores, cómo lo cuenta!!!. 

- "The complete Brambly Hedge" Jill Barklem (1999)


Este descubrimiento ha sido tardío y reciente, pero bienvenido con entusiasmo. Qué bonitas historias las de los ratones de estos cuentos, y las ilustraciones absolutamente maravillosas, con su multitud de matices y detalles.

- "Los metales nocturnos" Francisco Umbral (2003)


Lo sé, sé que algún día le dedicaré la entrada que se merece a mi admiradísimo Francisco Umbral. Este libro es el enésimo en el que cuenta sus aventuras por el Madrid "de la movida", pero me da igual, me sigue encantado esta visión casi cínica de la noche madrileña.

- "El ladrón de cuerpos" Anne Rice (1992)


¡Qué manera de sufrir con este libro! Cuarta entrega de las Crónicas Vampíricas de Anne Rice. Este sacacuartos, perdón, esta novela nos relata las desventuras de Lestat cuando, porque él lo vale y hace lo que le sale de sus vampíricos h..., le da por intercambiarse el cuerpo por el de un mortal para volver a sentir lo que era tener un corazón que latía, una garganta que deglutía, unas tripas que... Que ya ves tú el gusto de volver a sentir que te vas por la pata abajo pero en fin... cosas que tienen los Vampiros de vez en cuando. 

Total, que enseguida el chavalote se da cuenta de que volver a tener que afeitarse todos los días no tiene gracia pero, ¡ay amigo!, al "intercambiado" le mola cantidad ese cuerpazo de Vampiro que le ha tocado. 

Este libro fue un sinvivir para mí. Hasta tal punto que tuve las santas narices de despertar a mi hermana, que ya lo había leído, a las cuatro de la mañana para preguntarle "en modo histérica": "¡¡¡Tía, tía, tía, despierta!!! ¿Recupera Lestar su cuerpo?".

Décadas después, aún me duele la bofetada nivel leyenda que me arreó.

- "La música de los Vampiros" Poppy Z. Brite (1992)


Y no podía faltar mi libro favorito de Vampiros. Vale que los primeros libros de Anne Rice fueron el recopetín (no podemos decir lo mismo ni mucho menos de cuando empezó a arrastrar la saga), pero este de Brite para mí fue, y es, lo más.

Qué panda de degenerados los Vampiros de esta historia, mucho más chungos y sucios que los de Rice. Resumamos la trama: chica autodestructiva entra en un local chungo de Nueva Orleans pasa una noche de desenfreno con un Vampiro, se queda preñá y el feto le come las entrañas. Lo normal si tonteas con estas criaturas de la noche.

La historia continúa dieciséis años después con la vida de Nada, un adolescente que huye de la casa de sus padres adoptivos para encontrarse a sí mismo y lo que se encuentra es a Zillah, Molochai y Twig, tres Vampis que se las traen. Lo peorcito de cada casa. A este grupo se une Christian, una especie de emo que se acopla a esta chupipandi para no estar tan solito, y el grupo de rock Lost Souls. Por cierto, Lost Souls es el título original de la novela.

En fin: mucho sexo, alcohol, incesto, desparrame, juergas... No le faltó de nada para tenerme enganchada desde la primera letra a la última.

- "Majareta" John Waters (1990)


Mi gran biblia. Qué veraneo me pegué en Benidorm leyendo esta joya, que recoge las opiniones e impresiones del Maestro Waters sobre los temas más diversos: reciclaje, la cárcel, usos y costumbres de la sociedad estadounidense... y por supuesto, la Navidad.

Aún me emociono al saber que el creador de Pink Flamingos y yo somos igual de fanáticos de los regalos de Navidad, los Christmas y toda la parafernalia que rodea a estas fiestas. Se agradece que le echen un vistazo a "Porqué me gusta tanto la Navidad".


- "Mujercísimas" Terenci Moix (1995)


Ay Terenci... Cómo se te echa de menos en estos tiempos convulsos... Si en esta novela dedicada a las señoronas de la alta sociedad no dejabas títere sin cabeza ante la incultura, hipocresía y demás pecados mortales y veniales de entonces, qué pensarías ahora de un sistema que elimina la Filosofía del plan de estudios.

Por un lado ojalá siguieras entre nosotros pero por otro lado... Cuánto sufrimiento te has ahorrado... Guardo este libro con tu dedicatoria como oro en paño.

- "Payasos en la lavadora" Álex de la Iglesia (1997)


Fan fatal de Álex de la Iglesia desde el minuto uno de su carrera. Y este libro es una de las joyas de la corona de mi biblioteca. A él le debo ese gran concepto de "ascopena" que se desarrolla en estas loquísimas fiestas de la Semana Grande de Bilbao que vive el protagonista de esta historia. 

- "Días de Navidad" Jeanette Winterson (2018)


Y por supuesto no podía faltar mi libro favorito de Navidad. Una obra maestra que leí un calurosísimo mes de julio, con el que acabé llorando como una magdalena con el último cuento que cierra el volumen.

Jeanette Winterson mezcla unos atípicos cuentos navideños con recetas de platos relacionados con estas fiestas. Fantasmas, aparecidos, muñecos de nieve que toman vida para convertirse en mamás protectoras de niñas y espíritus que hacen lo imposible para desearles felices fiestas a sus parejas desde el más allá... Todos ellos aparecen en estas páginas, retratados de una forma magistral por esta escritora inglesa. Ya conocen mi típica frase: "por favor, no dejen de leerlo".

Y ahora, si me disculpan, voy a seguir leyendo bajo esta palmera...

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